En el mundo del motor, donde la precisión y los registros oficiales lo son todo, algunas historias se resisten a ser enterradas por los libros de historia.
Este octubre, el mes del terror, revivimos una de las leyendas más fascinantes del automovilismo: la del “piloto fantasma” de Le Mans 1965, aquel que, según los relatos, condujo en la sombra para darle a Ferrari su primera victoria absoluta en la carrera de resistencia más famosa del mundo.
La victoria oficial y la sombra de la duda
Según los registros, el Ferrari 250 LM del equipo norteamericano NART cruzó la meta tras 24 horas de carrera pilotado por la dupla Masten Gregory y Jochen Rindt. La historia oficial estaba escrita. Sin embargo, con los años, un nombre fantasma comenzó a surgir de las brumas de la madrugada en La Sarthe: Ed Hugus.
Hugus, un piloto estadounidense inscrito como reserva, llevó su secreto a la tumba… casi. Fue a través de una carta divulgada póstumamente que la leyenda tomó fuerza.
En ella, Hugus relataba cómo, durante la noche, Gregory tuvo problemas para ver con la niebla debido a sus gruesas gafas y pidió ser relevado. Al no encontrarse a Rindt, el manager del equipo, Luigi Chinetti, le habría entregado el casco de Gregory con una orden: tomar el volante.
La historia pudo ser diferente
Este acto, de ser cierto, fue una violación flagrante del reglamento. Si un piloto era sustituido, no podía volver a competir. Sin embargo, Gregory regresó al amanecer y fue quien recibió la bandera a cuadros. La sustitución, de haberse descubierto, habría significado la descalificación inmediata del Ferrari.
Para comprender mejor el misterio, aquí está una tabla comparativa:
Protagonista | Rol Oficial | Rol en la Leyenda |
---|---|---|
Masten Gregory | Piloto oficial victorioso | Piloto que necesitó ser relevado por problemas de visión |
Jochen Rindt | Piloto oficial victorioso | Piloto que no estaba disponible en un turno crucial |
Ed Hugus | Piloto reserva | El “fantasma” que condujo en secreto |
Luigi Chinetti | Manager del equipo NART | El cerebro que orquestó la sustitución |
El misterio continua
La leyenda del piloto fantasma no es solo una anécdota espeluznante; es un “qué pasaría si” que acecha la historia de Ferrari. Sin esa intervención clandestina, es muy probable que el 250 LM no hubiera logrado aquella victoria, que terminó siendo la última de la marca en Le Mans durante décadas.