Por muchos años, el cuero y las pieles han sido marcadas como un símbolo de estatus y poder, algo que Hermès tiene muy en claro.
Desde su creación en 1837 cuando Thierry Hermès abrió la primera tienda de la marca, el foco de venta ha sido gente que pudiera comprar la exclusividad. Sin embargo, en sus inicios, era una empresa de arneses para montar caballos, y no fue hasta 1922 que se incursionó al mercado de los bolsos.
Poseedor de una amplia variedad de tipos de piel: barenia natural, buffalo, chamonix, chevre de coromandel, clemence, doblis suede, epsom, fjord, lagarto, cocodrilo, avestruz, swift, togo, vache lieege, y algunas otras, Hèrmes marca tendencia en uso de pieles finas.
No hay mejor ejemplo de lujo en pieles que la maison Hermès, en especial cuando cada bolso está hecho a mano.
Sin dudarlo, la joya de la corona de esta maison francesa es su colección de bolsos Birkin y sobre todos ellos, está la Diamond Birkin Himalaya. Hecha con piel de cocodrilo, con 18 quilates y oro blanco, esta bolsa subastada por un aproximado de 340,000 euros, es considerada como la bolsa más cara del mundo, y el mayor símbolo de estatus en el mundo de la moda en relación a bolsos de mujer.
Con el paso de los años, y la introducción de la conciencia ambiental, muchas críticas le llegaron a Hermès por el uso de pieles de animales y trato no humano para conseguirlas, situación que señalaron como falsa, ya que tienen un proceso estructurado para adquirirla. Además, dentro del compromiso ambiental de la empresa, han buscado alternativas como su más reciente uso del cuero de champiñón que llega a los más altos estándares.
¿Comprarías un bolso Hèrmes?