Uno de los panes más versátiles que tenemos en la actualidad y que últimamente se ha hecho más y más popular es la focaccia.
De origen italiano, muchos lo consideran como el antecesor directo de la pizza debido a las similitudes de sus masas al contener los mismos cinco ingredientes: harina, levadura, aceite de oliva, sal y agua, sin embargo lo que las diferencia es lo que llevan encima, ya que la focaccia no lleva nunca salsa de toma (al menos no por sí misma).
La focaccia es descrita por muchos como el saborear el mediterráneo en un pan y dependiendo la región en la que se hace, sus ingredientes decorativos varían; estás pueden ir desde los más básico con sal y aceite de oliva, hasta complejas decoraciones con verduras, especias y frutas lo que llega a ser considerado como arte.
Una de las características que ha nutrido a la popularidad de este pan es su facilidad no sólo de ingredientes, sino también de preparación, ya que es casi fool-proof, porque sólo con mezclar los ingredientes y dejar la masa reposar por una hora, para después estirarla en un sartén o en un refractario, y ya ahí se deja reposar otro rato.
Después de la última vez que se dejó reposar la masa por segunda vez viene una de las partes más satisfactorias, hacerle hoyos con nuestras manos pero sin perforar la masa. Y de ahí en adelante, ¡el cielo es el límite! Decora con tantos aditamentos como quieras.
Para estas fiestas decembrinas, la focaccia es una increíble opción de pan para compartir con tus amigos y al mismo tiempo decorar la mesa, así que úsala para demostrar la parte más creativa de tu espíritu navideño.