Las 500 millas de Indianápolis, Indianápolis 500 o simplemente Indy 500, es la carrera anual de automovilismo celebrada el último fin de semana de mayo, coincidiendo con el Memorial Day y el Gran Premio de Mónaco. Esta carrera es considerada como parte de la triple corona del automovilismo, un reconocimiento que, hasta ahora solo un piloto ha logrado.
El Indy 500 tiene lugar en el Indianapolis Motor Speedway, en el estado de Indiana, Estados Unidos; construido en 1909 y teniendo lugar la primera carrera en 1911, es una carrera anual que lleva más de 100 años, siendo interrumpida solo por la primera y la segunda guerra mundial.
Indianápolis 500 es la carrera más prestigiosa de la IndyCar series, la categoría de competencias de monoplazas más importante de los Estados Unidos. Además, entre la década de los 50 y 60 el circuito formó parte del calendario mundial de la Fórmula 1. En años más recientes, entre los 2000 y el 2007 se corrió en este circuito, ahora estando modificado y renombrado cómo el Gran Premio de los Estados Unidos.
El nombre de 500 millas de Indianápolis no es por nada, es debido a la distancia que se tiene que recorrer en el circuito; en total 805 kilómetros que deben de recorrer desde la mañana hasta la puesta de sol, antes que la visibilidad empeore.
Forma parte de la llamada “Triple Corona” del automovilismo, las otras dos competencias que se tienen que ganar para obtener este título son las 24 horas de Le Mans y el Gran Premio de Mónaco (o en su defecto el campeonato mundial de la Fórmula 1). Esta triple corona no oficial ha sido ganada solo por un corredor, el británico Graham Hill, primer y único piloto en ganar las tres carreras más famosas del mundo.
Hasta el momento, el español Fernando Alonso y el colombiano Pablo Montoya son los únicos pilotos que continúan en activo y que están más cerca de ganar estas tres carreras.
En su inauguración, el circuito original era toda una mezcla de grava, piedra caliza, alquitrán y aceite, dando como resultado una pista muy peligrosa para los corredores; cinco personas murieron en la primera semana de su apertura, un piloto, dos mecánicos y dos espectadores.
Estas características de construcción le valieron para ser pavimentada con alrededor de 3.2 millones de ladrillos, lo cual mejoró la pavimentación original; no fue hasta 1938 que el asfalto de la pista se completó. Aunque, se dejó una franja de 91 cm de los ladrillos originales justo en la línea de salida; a esta ya famosa franja se le apodó como “yard of bricks”, un vestigio de la antigua pavimentación.
Esta línea de salida abrió paso a una tradición: “besa los ladrillos”. Fue Dale Jarrett, el campeón de NASCAR que, luego de su victoria de las 400 millas de Brickyard en 1996, Jarrett y el jefe de equipo Todd Parrot caminaron a la línea de salida para arrodillarse y besar los ladrillos.
En la IndyCar los coches alcanzan una velocidad máxima de 240 millas por hora durante la carrera, además, mientras que en la Fórmula 1 los autos tienen dirección asistida, en los coches Indy no; gracias a esto es mucho más difícil y exigente para los pilotos conducir en Indianápolis.
Son un poco más de 300,000 mil fanáticos se reúnen en el Indianapolis Motor Speedway para ver a los 33 autos que compiten en la Indy 500. Una carrera que es exigente debido a las características del IndyCar y que, en más de una ocasión ha dejado momentos memorables en la historia de las competencias de automóviles.
