Olinia es el primer automóvil eléctrico diseñado y ensamblado en México, un proyecto ambicioso presentado por la presidenta Claudia Sheinbaum durante su toma de posesión el 1 de octubre de 2024.
Este vehículo se perfila como una opción accesible para el público, con un precio estimado por debajo de los 500,000 pesos, lo que lo colocaría por debajo de competidores como el Tesla Model 3 y el BYD Dolphin Mini.
El Significado de Olinia
El nombre “Olinia” proviene del náhuatl y significa “moverse”. Más allá de ser un simple nombre, refleja el propósito del auto como un medio de transporte que impulsa un cambio hacia la sostenibilidad y la innovación en México. Este proyecto es parte de un plan más amplio de desarrollo tecnológico, que incluye la producción local de litio y otros componentes esenciales para la fabricación de vehículos eléctricos.
Metas y Estrategia
El objetivo principal de Olinia es posicionar a México como un líder en la industria automotriz eléctrica. Aunque el país ha crecido en la producción de vehículos eléctricos e híbridos, hasta ahora no contaba con un modelo propio capaz de competir a nivel internacional. Olinia busca no solo ser una opción accesible, sino también impulsar la creación de una cadena de suministro local que disminuya la dependencia de las importaciones.
Competencia en el Mercado
Olinia se medirá con competidores como el SEV E-Wan Cross, el auto eléctrico más barato en México con un precio de 349,900 pesos. A pesar de los retos que puedan surgir, como los cambios en políticas arancelarias —especialmente la eliminación de beneficios fiscales para autos eléctricos importados—, Olinia tiene el potencial de captar la atención de aquellos consumidores que buscan opciones económicas y sustentables.
Desafíos y Expectativas
El anuncio ha generado mucho interés, pero también algunas dudas sobre la viabilidad del proyecto. La historia automotriz mexicana tiene ejemplos de intentos fallidos como los de Zacua y Mastretta, lo que hace que algunos se pregunten si Olinia logrará cumplir con las expectativas. Sin embargo, el contexto actual es más favorable: México cuenta con una infraestructura automotriz sólida y una fuerza laboral capacitada que podría ser clave para el éxito del proyecto.