Dentro del vasto mundo de la cocina, y más aún, de sus ingredientes y posibles combinaciones se encuentra una que muchos podrían catalogar como todo un acierto. Hablamos del tomate (o jitomate) y el aceite de oliva.
La combinación de estos dos ingredientes hace que cada uno se complemente a su manera, y que pueden ser utilizados como base de otras recetas que van desde las ensaladas, los sofritos, sopas frías o confitados. Los orígenes de esta gran combinación se remontan hasta el corazón del mediterráneo.
Ensaladas con tomate y AOEV
Tal vez de las combinaciones más sencillas y más frescas con estos dos ingredientes. Para prepararla elige un buen tomate; tomates gigantes como raf (pata negra o corazón de buey) como sea que conozcas la variedad, pero sea grande.
Corta el tomate en rodajas, el tamaño hará más atractiva la presentación. Coloca las rodajas en un plato, rocía un generoso chorro de aceite de oliva. Puedes dar el toque con un poco de albaca fresca y queso blando, si lo prefieres, también puedes embutidos o jamón serrano.
Base de otras recetas
Sofritos y guisos: Cocinar tomates con aceite de oliva en un sofrito realza el sabor y mejora la absorción de nutrientes, transformando recetas clásicas en opciones más saludables.
Sopas frías: Preparaciones como gazpacho y salmorejo son ejemplos ideales, llenos de frescura y sabor, perfectos para los días cálidos.
Conservas: Los tomates confitados en aceite de oliva son un aperitivo delicioso y un ingrediente versátil para pizzas, ensaladas y más.
Confitados: Tal vez uno de los más conocidos, confita ajos y tomates cherri con aceite de oliva. Acompaña de una focaccia.
Una combinación muy versátil
Ya a estas alturas es imposible no reconocer la combinación del tomate y el aceite de oliva, un deleite para el paladar que permite disfrutar esta combinación en una gran variedad de platos, desde ensaladas, sopas y conservas.