En el escenario, Martin Barba no interpreta personajes: los habita. La mirada de nuestra portada de julio analiza los papeles que elige, y más allá del aplauso, busca algo menos inmediato y más duradero: la transformación.
En este verano, el actor se encuentra en un punto crucial de su carrera, explorando nuevas narrativas y expandiendo sus límites con dos proyectos que lo confrontaron, lo movieron y lo formaron: Manual básico de lengua de señas para romper corazones y Quebranto, la próxima serie de Disney+.
La obra Manual básico de lengua de señas para romper corazones, escrita por Roberto Pérez, fue un sí inmediato para Martin. No es solo una anécdota emotiva: es la manera en que el actor se relaciona con el arte, desde la honestidad emocional y el deseo genuino de generar puentes.
“Desde que leí el texto, me conmovió profundamente. Lloré, conecté, y sentí que había algo mío ahí, incluso pensé: ‘quizá en otra vida fui parte de la comunidad sorda’”.
Más allá del reto actoral, el montaje implicó aprender una nueva forma de comunicación.
“Tuvimos que repensar completamente la manera de ensayar. No podíamos trabajar como en cualquier otra obra. Aprendimos la gramática de la lengua de señas, que organiza el pensamiento de manera distinta. Fue exigente, pero también inmensamente gratificante”.
El resultado: funciones en cartelera con boletos agotados y una conexión real con la audiencia. Justo en nuestra plática, Martin lanza una invitación clara a los novicios teatrales: “Esta obra es una comedia romántica, pero también es un experimento. Une a la comunidad oyente y a la sorda, te saca de tu burbuja. Te hace reír, pero también pensar. Eso ya es mucho en estos tiempos”.
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En paralelo al teatro, Martín da un salto importante en la pantalla con Quebranto, un thriller dramático de alto perfil para Disney+, en el que comparte créditos con Tini Stoessel y Jorge López. “Es un contenido más maduro, que mucha gente no espera ver en Disney. Pero justo por la fusión con Star+, ahora hay espacio para este tipo de historias”.
Lo que lo entusiasma es el regreso de tres rostros conocidos por el público joven, pero en un registro completamente nuevo: “Es como reencontrarnos con quienes nos seguían cuando hacíamos contenidos para adolescentes, pero ahora desde otro lugar. La serie está muy bien hecha, tiene gran producción y un tono adulto. Es uno de los proyectos que más me enorgullece haber hecho”.
Después de una década consolidada en televisión, Martin está trazando un nuevo camino. “Llevo dos años y medio haciendo teatro y me cambió. Me cuesta ya aceptar personajes que no me reten. Estoy buscando historias que me muevan. Si un texto no me hace sentir eso, no es por ahí”.
Ahora también mira hacia el cine, no el comercial, sino el que se arriesga, el que cuestiona, el que deja huella. “Quiero contar historias con profundidad. Algo que diga algo. Algo que trascienda”.
Ya casi al término de nuestra conversación con él, le preguntamos qué pensamiento lo acompaña últimamente y su respuesta no fue una frase cliché, sino una reflexión honesta.
“Estoy aprendiendo a aceptar la realidad tal como es, a agradecer lo que tengo sin compararme. También estoy entrenando la escucha: cuando alguien opina diferente, le creo un poco. Entre lo que yo soy y lo que es el otro, podemos moldearnos y ser más abiertos. No estar siempre igual”.
En tiempos de cambio, Martin Barba no busca certezas; busca movimiento, conciencia, riesgo. Y en esa búsqueda, se vuelve más auténtico que nunca.