En 1956, Aston Martin respondió a los cambios en las reglas del Mundial de Sportscar con un prodigio de la ingeniería: el DBR1, un automóvil de carreras puro que se convertiría en el más exitoso de la marca, sin mencionar que también uno de los más valiosos del mundo.
Diseñado por Ted Cutting, este ícono de 801 kg y motor delantero de seis cilindos escribió su nombre en los libros de historia al ganar las 24 Horas de Le Mans en 1959 y el Campeonato Mundial de Coches Deportivos ese mismo año.
Diseño revolucionario de Aston Martin
Chasis y carrocería: Un multitubular de acero recubierto con paneles de aleación de magnesio de solo 0.03 pulgadas de grosor, reduciendo peso sin sacrificar rigidez. Las líneas fluidas y las tomas de aire triangulares se convirtieron en un sello de Aston Martin.
Motor: Inicialmente un 2.5L RB6 (2493 cc) con doble bujía por cilindro y carburadores Weber, evolucionó a un 3.0L (2992 cc) en 1958, alcanzando 254 HP a 6,250 rpm.
Su sonido a 7,000 rpm era descrito como “una sinfonía mecánica”. La transmisión era una caja CG537 de 5 velocidades en posición trasera (transaxle) mejoraba la distribución de peso, aunque su fiabilidad fue un talón de Aquiles.
Éxitos y unas cuantas tragedias en la pista
En 1956 debutaría en Le Mans con retiro por una falla en la caja de cambios tras liderar 20 horas. Para el próximo año, en 1957 lograría su primera victoria en el Gran Premio de Spa con Tony Brooks, seguida de un triunfo en los 1,000 km de Nürburgring.

En 1959 se consagró en Le Mans a cargo del legendario Carroll Shelby, y Roy Salvadori en el DBR1/2, mientras el DBR1/4 terminó segundo. Ese año también ganó el Campeonato Mundial.

El DBR1 es un auto único
La suspensión eran barras de torsión transversales delanteras (inspiradas en el VW Escarabajo) y eje De Dion trasero con enlace Watt, ofreciendo un manejo preciso.
Al interior nos encontramos con asientos minimalistas, el volante era Mota-Lita de madera. Pilotos como Stirling Moss elogiaron su conexión con la carretera, aunque la ergonomía era espartana.
Lo que realmente hace único al DBR1 es que solo se fabricaron 5 unidades, y el DBR1/1 se vendió en 2017 por $22.5 millones, récord para un auto británico.
Y como curiosidad, en 1958, Stirling Moss rompió el récord de vuelta en la Targa Florio con el DBR1, superando su propio tiempo con el Mercedes-Benz 300 SLR