Cada septiembre, el chile en nogada vuelve a encender pasiones. ¿Lleva capeo o no? ¿Qué es lo “auténtico”? En el marco de Latino Gastronomic, el plato emblema de Puebla fue puesto bajo la lupa.
La conclusión fue clara: La conclusión fue clara: los auténticos chiles en nogada van capeados. Así lo sostuvieron las voces expertas, recordando que el capeo no solo es técnica, sino símbolo de identidad poblana. La capa dorada del huevo batido protege al chile, suaviza la textura y convierte al platillo en un verdadero ritual de temporada.
Dapper Magazine tuvo el privilegio de probar auténticos chiles en nogada, gracias a Fonda De Sta. Clara, una fonda histórica en Puebla que está abierta desde 1965. Nuestra degustación en la fonda incluyó un menú de 4 tiempos.
La “botana”, ese aperitivo que pudimos compartir fueron unas chalupas: salsa verde, roja y de mole poblano. Nuestro primer plato fue una sopa de chile poblano, plátano macho, pera y manzana.
El plato fuerte (y como no podría ser de otra manera) fue un chile en nogada, un auténtico chile en nogada. Finalizamos con un flan de queso de cabra que no pudo ser otro mejor cierre para la comida que acabamos de disfrutar.
El debate, que año tras año se replica en hogares, restaurantes y redes sociales, encontró en Latino Gastronomic un consenso respetuoso: hay espacio para la innovación y las versiones más ligeras, pero la tradición dicta que el chile en nogada se presenta capeado.
Más allá de la disputa, la conversación evidenció lo que hace único a este plato: es historia comestible, que une ingredientes locales, memoria conventual y orgullo mexicano en un bocado festivo.
En definitiva, si algo dejó en claro Latino Gastronomic es que el chile en nogada no es solo comida: es cultura, identidad y herencia viva. Y sí, el verdadero va capeado.