En Québec, el frío no es excusa para quedarse en casa. Por el contrario, es la razón para salir y celebrar a lo grande. Te invitamos a descubrir tres increíbles destinos donde podrás disfrutar de la Navidad y sus celebraciones previas, despedir el Año Viejo y dar la bienvenida al Año Nuevo como nunca antes lo has hecho y, por si fuera poco, entre personas divertidas y muy amigables.
Ciudad de Québec: Tradición y encanto navideño
El Vieux-Québec, o Viejo Québec, es el corazón histórico de la ciudad que parece sacado de una película navideña. Sus calles adoquinadas, las luces festivas y los techos cubiertos de nieve crean una atmósfera de cuento de hadas que no te puedes perder. Declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO, el casco antiguo se viste de gala para las fiestas, con sus mercados navideños que te ofrecen desde artesanías locales hasta delicias gastronómicas. El Mercado Alemán es un clásico, donde podrás disfrutar vino caliente, galletas de jengibre y, por supuesto, conocer a Santa Claus.
Por supuesto, no puedes dejar de visitar el Petit Champlain, a los pies del Castillo de Frontenac. Hermosísimo en verano, el Petit Champlain se transforma en un sitio de ensueño invernal desde fines de noviembre y hasta mediados de febrero, con la nieve fresca que va cayendo sobre los edificios del Siglo 18, las decoraciones de temporada y los árboles alineados a las calles empedradas. Haz tu shopping en tiendas de artesanos locales, saluda a Santa Claus, escucha villancicos y disfruta las fogatas callejeras… en pocas palabras, ¡Sé parte de esta increíble postal navideña!
Y para cerrar con Broche de Oro en Québec: El Carnaval de Invierno. Para culminar tu experiencia invernal en la Ciudad Patrimonio Mundial, nada como el famosísimo Carnaval de Invierno de Québec, uno de los más grandes del mundo. Celebrado cada año entre enero y febrero, este festival es una explosión de alegría con desfiles, esculturas de hielo, competencias de canoas sobre el río helado y hasta un palacio de hielo gigante donde reina el Bonhomme, el hombre de nieve que es el simpático embajador del carnaval.
Charlevoix: Naturaleza y aventura al estilo quebequense
Si lo que buscas es una conexión profunda con la naturaleza, la región de Charlevoix te ofrece un paisaje de montañas cubiertas de nieve y ríos congelados que te dejarán sin aliento. Este destino, ubicado a unas dos horas en auto desde la ciudad de Québec, es ideal para quienes desean combinar la belleza de la naturaleza con la adrenalina de las actividades invernales.
En Le Massif de Charlevoix, podrás disfrutar algunas de las mejores pistas de esquí en toda la provincia. Si no eres fanático del esquí, no te preocupes. Las alternativas son igual de emocionantes: desde mushing (paseos en trineo jalado por perros) hasta caminatas con raquetas de nieve, patinaje en lagos congelados o simplemente contemplar el impresionante paisaje desde un spa nórdico al aire libre, sumergiéndote en aguas termales mientras cae la nieve a tu alrededor. ¡Es como estar en un cuento de invierno!
Y ya que estamos aquí, no querrás dejar pasar la experiencia de deslizarte desde una perspectiva diferente por la nieve. Desciende en luge a toda velocidad por las laderas del Monte Liguori, a lo largo de una pista de 7.5km en una emocionante aventura que, además, tiene una vista espectacular.
Montréal: Diversión Urbana y Cultura
Si prefieres un ambiente más moderno y cosmopolita, Montréal es la ciudad para ti. La fusión de lo antiguo y lo nuevo se refleja en su manera de celebrar las fiestas. La Place des Festivals, en el Barrio de los Espectáculos, se convierte en un vibrante centro de actividades con una pista de hielo al aire libre, luces de colores y música en vivo. Además, los mercados navideños aquí están llenos de sorpresas, como el Village de Noël en el Mercado Atwater, donde puedes disfrutar de productos locales, música tradicional y actividades para toda la familia.
Montréal también es famosa por su festival de luces, Montréal en Lumière que ilumina la ciudad durante todo el invierno, creando una atmósfera mágica que te dejará sin palabras. Todos los años, en la Place Jacques-Cartier se lleva a cabo una gigantesca fiesta de Año Nuevo, con conciertos al aire libre, DJs, cuenta regresiva y fuegos artificiales. Lo mejor es que el ambiente está tan cálido que te olvidarás del frío. En serio, ¡Los quebequenses saben cómo celebrar!
Para los amantes de la gastronomía, Montréal es un paraíso. Aquí podrás disfrutar un festín de poutine, el plato más tradicional de Québec, o probar el tourtière, un delicioso pastel de carne típico de la región. Y no olvides hacer una parada en una de las cabane à sucre cercanas para probar el famoso jarabe de maple.
Mont Tremblant y las Laurentides
Aventura y Relax en el Corazón del Invierno! Si te imaginas una escapada invernal perfecta entre montañas, bosques y lagos congelados, las Laurentides y su Mont Tremblant son los destinos que no te puedes perder. Esta región, famosa por sus impresionantes paisajes, es el paraíso para quienes buscan combinar aventura al aire libre con el lujo de la relajación en entornos naturales únicos.
Tanto el pueblo como su estación, hacen de Mont Tremblant uno de los centros turísticos de esquí más importantes de América del Norte, y te ofrece pistas de todos los niveles, tanto para principiantes como para esquiadores experimentados. Pero no todo es esquiar aquí: puedes disfrutar de paseos en motos de nieve, trineos tirados por perros, y hasta vivir la experiencia de sobrevolar el parque nacional en tirolesa, entre vistas panorámicas espectaculares. ¿Te imaginas deslizándote por la nieve mientras las montañas de las Laurentidas te rodean? Es una sensación única. Y al final del día, relájate en los acogedores chalets con chimeneas o déjate consentir en alguno de los exclusivos spas de la zona.
Las Laurentidas están a solo una hora de Montréal y también son reconocidas por su increíble oferta de actividades invernales. Más allá del esquí, esta región es perfecta para una escapada romántica o familiar, caminatas en raquetas por bosques nevados, recorridos en trineo de caballos, o una visita a una típica cabane à sucre para disfrutar del mejor jarabe de maple del mundo. No hay nada como envolverse en un manto de nieve virgen y disfrutar la serenidad de la naturaleza, mientras te adentras en esta región famosa por sus pintorescos pueblos y su ambiente acogedor. Por si fuera poco, ¡debes saber que existe un shuttle que te lleva directo del aeropuerto a Tremblant!