El ayuno intermitente se ha posicionado como una de las tendencias de bienestar más populares pero, ¿realmente es para todos? El Dr. Naim Dahdah, médico internista y fundador de D-Clinik, advierte que esta práctica, aunque beneficiosa, no es universal y debe abordarse con conocimiento y precaución.
No es solo “dejar de comer”
El Dr. Dahdah explica que el ayuno intermitente es una herramienta metabólica poderosa, pero mal ejecutada puede ser contraproducente. No se trata de pasar hambre, sino de darle al cuerpo un descanso digestivo para activar procesos como la autofagia, donde el organismo recicla células dañadas y mejora la función cognitiva y energética, afirma.
¿Quiénes deben evitarlo?
- Personas con desnutrición o fragilidad.
- Mujeres embarazadas o en lactancia.
- Adolescentes en desarrollo.
- Pacientes con diabetes mal controlada, fatiga crónica o problemas digestivos como gastritis.
El error más común
Romper el ayuno con azúcares o harinas refinadas es, según el experto, el peor error. Genera un pico de glucosa que anula los beneficios metabólicos. En su lugar, recomienda proteínas, grasas saludables, vegetales y colágeno para una transición suave.
El rol del cortisol
Aunque muchas personas temen a esta hormona del estrés, el Dr. Dahdah aclara que, en el ayuno bien realizado, su aumento moderado es clave: ayuda al cuerpo a usar glucosa y grasas como energía, optimizando el metabolismo.
El ayuno intermitente puede ser un aliado para la salud y el antienvejecimiento, pero no es una solución mágica ni apta para todos. La recomendación es clara: consultar a un especialista antes de comenzar, personalizar el enfoque y, sobre todo, escuchar al cuerpo.