La sopa de cebolla, conocida en francés como soupe à l’oignons, es un plato básico de la cocina francesa. Esta sopa ha formado parte de las recetas tradicionales de Francia durante siglos, y es tan antigua que resulta casi imposible rastrear su origen exacto. Hay quienes cuentan que el rey Luis XV, tras volver de una cacería con un apetito voraz, encontró la despensa vacía, habiendo solo cebollas, mantequilla y algo de champaña, dando pie a la creación de este plato. Algunos dicen que el rey robó la idea de Stanislas Leszczynski, duque de Lorena y padre de la reina consorte de Francia.
La soupe à l’oignon es comúnmente vista como un plato de origen humilde hecho con ingredientes simples, pero su elaboración la ha transformado en un ícono culinario digno de la nobleza. Independientemente de su origen, es difícil negar que es una receta fácil de preparar, aunque requiere algo de tiempo.
Por su simplicidad, existen casi tantas variantes de la receta como cocineros, algunos agregan ingredientes como harina para espesar la sopa o vino tinto para realzar el sabor, lo que significa que no hay una receta estándar. Quédate, que te presentamos la receta del chef francés Joël Robuchon, receta que el mejor chef del siglo se encargó de popularizar.
Para elaborar esta receta vas a necesitar:
- 500 gramos de cebollas (medio kilogramo)
- 60 gramos de mantequilla
- 1 litro de caldo de pollo
- 100 gramos de pan rústico (pan de masa madre)
- 150 gramos de una mezcla de quesos (gruyere, emmental y comté)
- Sal y pimienta al gusto
Inicia cortando el pan en rebanadas de aproximadamente 1.5 cm de grosor. Con el horno ya precalentado a 250 grados centígrados, lleva el pan y hornéalo durante 5 minutos por cada lado. Asegúrate de que no se tueste demasiado; una vez listo, resérvalo y si lo deseas, mantenlo en el horno hasta el momento de servir.
Pela las cebollas y luego córtalas en finas julianas. Ralla el queso y guárdalo aparte. Pon una cazuela a fuego medio, agrega la mantequilla y, cuando se haya derretido, es el momento de añadir la cebolla. Sazonar con sal y pimienta al gusto, recordando que tanto el caldo de pollo como el queso ya contienen sal.
Cocina a fuego lento durante 30 minutos, asegurándote de remover ocasionalmente. Después de los 30 minutos, añade el caldo de pollo y continúa cocinando por 15 minutos más.
Es hora de servir, pero asegúrate de mezclar la sopa antes de llenar los platos individuales. Utiliza platos tipo bowl aptos para horno. Coloca unas rebanadas de pan tostado sobre cada uno, esparce queso rallado encima para cubrir por completo el pan como la sopa. Lleva los platos a hornea hasta que el queso se dore.
Como consejos adicionales, puedes agregar un poco de vino blanco para darle aroma a la sopa; asegúrate de que el vino se haya evaporado completamente antes de añadir el caldo de pollo. Además, este plato puede servir como plato principal o como entrada para un buen pescado o unos medallones de carne.
Un platillo básico de la cocina francesa que ha evolucionado con el tiempo, ahora puedes sentirte orgulloso de haber preparado una receta del reconocido “mejor chef del siglo”, Joël Robuchon.