Beauty marks

¿Tienes lunares? ¿Sabes qué debes revisar para saber si son buenos o malos? Los lunares o nevos son crecimientos sobre la piel, originados por un aumento en la producción de un tipo de células de la piel, llamadas melanocitos, encargadas de la producción del color. Estos pueden aparecer desde el nacimiento “congénitos” o se forman en la edad adulta “adquiridos” y a su vez pueden ser “comunes”, cuando tienen características benignas y un pronóstico favorable, o “atípicos”, con características clínicas que sugieren cambios, y algunos de estos con mala evolución, ya que pueden transformarse en lesiones malignas.

¿De qué depende tener lunares?

Principalmente de la herencia familiar; la exposición solar, sobre todo durante la infancia; y el tono de la piel, pues las personas de piel clara tienden a desarrollar más lunares. En promedio los adolescentes blancos tienen de 15- 30 lunares, mientras que los africanos o asiáticos presentan 5 o menos.

Los lunares pueden ser planos o elevados y algunos contener anexos pilosos (vello). Frecuentemente son redondos u ovalados. Y existen de diferentes colores ya sean rosados, azules o marrones, el color varía dependiendo de la profundidad a la que se encuentra dentro de las capas de la piel, entre más profundo es más oscuro, pero eso no lo hace maligno.

Sin embargo, debemos tener cuidado, ya que el melanoma, que es un tipo de cáncer de piel, se manifiesta como una mancha oscura en la piel, que en ocasiones puede confundirse con un lunar. Se puede presentar en hombres y
mujeres, incluso jóvenes.

¿Qué se debe revisar en los lunares?

Para diferenciar los benignos, de los atípicos o de melanoma, los dermatólogos usamos el A, B, C, D, E de los lunares, es un método práctico que solo requiere de nuestros ojos.

A = Asimetría

Cuando una mitad es diferente a la otra, es una característica de malignidad. Lo ideal es que cada lunar debe ser simétrico, como cuando partes un pastel y todas las rebanadas deben ser iguales.

B = Bordes

Lo que buscamos como característica de benignidad, es que el lunar termine de forma abrupta, que no se vea como tinta regada o difuminada en la piel que lo rodea; las muescas en la periferia y formas irregulares siempre deben revisarse.

C = Color

Los diferentes colores no deben espantarnos, ya que hay una gran variedad de lunares, lo que si debemos revisar es que en un mismo lunar no se presenten diferentes tonos, esta variedad puede asociarse a malignidad.

D = Diámetro

Los que aparecen a lo largo de la vida deben ser menores a 6 milímetros de diámetro, como la goma de un lápiz, y con los que nacemos crecen de acuerdo a nuestro desarrollo, por lo que tamaño puede ser variable.

E = Evolución

Los datos de alarma son crecimiento rápido, dolor, picazón, sangrado o una lesión de la piel que se ve diferente del resto o que está cambiando en tamaño, forma o color. Debemos poner especial cuidado en los lunares que se encuentran en la planta de los pies o palmas de las manos.

Acude al dermatólogo una vez al año a revisión de lunares, en caso necesario se te indicará si se debe realizar la extracción del mismo, con una pequeña cirugía, con anestesia local, que no requiere hospitalización, para poder analizarlo adecuadamente y determinar si es benigno o maligno.

Es muy importante que aprendas a revisar tu cuerpo, el 50 por ciento del diagnóstico de melanoma empieza contigo. Recuerda que, cuando estés al aire libre, debes buscar la sombra, sobre todo entre las 10AM y las 4PM, usa lentes de sol, ropa protectora, incluido un sombrero de ala ancha, y filtro solar de amplio espectro. El uso adecuado de protector solar reduce el riesgo de cáncer de piel. Jamás utilices camas de bronceado.

Por: Javier Ruiz

@JavierDerma

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