Hoy, 17 de diciembre, Bill Pullman celebra 73 años. Pero, ¿quién es realmente el hombre detrás de esos papeles que van desde un presidente salvando el mundo hasta el vecino más amable? Su trayectoria es la historia de un actor que no siguió el camino típico de Hollywood, sino que se forjó a partir de la experiencia teatral y una autenticidad rara, convirtiéndose en una de las presencias más confiables y queridas de la pantalla.
Los Cimientos
La historia de Bill Pullman (nacido William Pullman en 1953) no comenzó en un estudio de cine, sino en las aulas. Oriundo de Nueva York y criado en una granja, su primer amor fue el teatro. Tras graduarse, dio un giro inesperado y se mudó a Montana para enseñar interpretación en la universidad. Esta base como profesor, lejos del brillo de Los Ángeles, le dio una comprensión profunda de los personajes y la narración que marcaría su estilo.
Su transición al cine a mediados de los 80 fue gradual. Comenzó con papeles pequeños, pero su presencia única pronto lo distinguió. A finales de esa década, roles en comedias como Spaceballs (1987) y el drama The Accidental Tourist (1988) lo pusieron en el radar. Sin embargo, fue en los años 90 donde Pullman encontró su espacio único: el de un tipo común extraordinario, capaz de ser un héroe de acción convincente, un interés romántico entrañable o un padre comprensivo, siempre con los pies en la tierra.
Para celebrar su cumpleaños 73, recordamos tres papeles que encapsulan a la perfección esa versatilidad y humanidad que definen su carrera.
1. Mientras dormías (1995)
En esta comedia romántica navideña, Pullman demostró que podía ser un protagonista romántico sin ser el arquetipo clásico. Como Jack Callaghan, no era el millonario misterioso, sino el hermano buenazo, un poco torpe y de corazón enorme. Su química con Sandra Bullock fue natural y cálida, construida sobre miradas sinceras y un timing cómico perfecto. Pullman logró que el público rooteara por él, robando la escena sin estridencias y redefiniendo, para muchos, el atractivo de la sencillez y la bondad auténtica en el cine romántico.
2. Casper (1995)
El mismo año, mostró su increíble rango en un género familiar. Como el Dr. James Harvey, un “terapeuta de fantasmas”, enfrentó el doble desafío de actuar junto a efectos especiales y encarnar a un padre en duelo. Pullman dotó al personaje de una tristeza real y una calidez creíble, evitando que fuera un simple recurso cómico. Además, en un giro memorable, brilló en una escena puramente física y divertida cuando su personaje es poseído, demostrando un talento para la comedia que pocos le conocían. Fue una lección de cómo un gran actor puede dar profundidad y credibilidad incluso a una película fantástica.
3. The Sinner (2017)
Después de años de papeles sólidos, la televisión le dio a Pullman un personaje para desplegar toda su intensidad dramática. Como el detective Harry Ambrose en la primera temporada de The Sinner, ofreció una interpretación contenida, compleja y magnética. Su Ambrose era cansado, perspicaz y arrastraba sus propios demonios. Este papel, alejado de cualquier rastro de ligereza, le valió aclamación crítica y le recordó al mundo que era un actor de primer nivel, capaz de llevar el peso emocional de una serie completa. Fue el redescubrimiento de un talento que solo había madurado con el tiempo.
El Legado
Lo que une estos papeles y define a Pullman es la autenticidad. En una industria que a menudo premia la exageración, él ha construido una carrera en la verdad de sus interpretaciones. No importa si el género es comedia, fantasía o thriller; hay una humanidad reconocible en todos sus personajes. ¡Feliz cumpleaños!
