Luego de 115 años de historia, el viaje de Bugatti parece haber alcanzado un nuevo hito, todo gracias a la introducción de una nueva era para la marca. La evolución se celebró en la sede del fabricante Bugatti: El Château Saint – Jean de Molsheim.
El lanzamiento del Tourbillon marcó no solo el primer automóvil presentado bajo la asociación colaborativa de Bugatti y Rimac, sino que también fue la primera gran reunión en la sede de Bugatti en Molsheim desde la celebración de los 110 años de la marca en 2019.
La historia nos remonta al 2004, año en que Bugatti cambió las reglas del juego en el mundo automotriz con el lanzamiento del hiperdeportivo de 1.001 CV: el legendario Bugatti Veyron. En 2016, el Veyron pasó la antorcha al Bugatti Chiron, una maravilla de la ingeniería que elevó la potencia a 1.500 CV. Estos dos gigantes de la velocidad tienen algo en común: el poderoso y sofisticado motor W16.
El motor W16, con sus 16 cilindros, es una verdadera maravilla de potencia y diseño compacto. Capaz de catapultar de 0 a 100 km/h en tan solo 2.5 segundos y alcanzar velocidades que superan los 400 km/h, ha sido un pilar fundamental en la evolución de los hiperdeportivos.
Para el Tourbillon, Bugatti creó un diseño completamente nuevo, inspirándose en los icónicos modelos de su historia, como el Type 57 SC Atlantic, el Type 41 Royale y el Type 35, considerados pilares de la estética, el lujo y el rendimiento de la marca. Esta nueva generación sigue rigiéndose bajo la velocidad.
La ingeniería vuelve a superarse con una mecánica híbrida de 1.800 CV, evocando la precisión de la alta relojería, tal como sugiere su nombre, Tourbillon. Este vehículo destaca por su rigidez y ligereza, y su interior es un reflejo de la más exquisita relojería suiza.
Imagina un tablero de control con diales que parecen sacados de un reloj de alta gama, y un volante fijo en el centro que gira independientemente. Los controles y botones del volante permanecen estáticos; tanto el velocímetro como el tacómetro están diseñados al estilo de un reloj con manecillas, y cuentan con un centro transparente a través del cual se pueden observar los engranajes en movimiento.
Los interiores minimalistas son una constante en la marca, y esta vez no es la excepción. La innovación que supera a sus predecesores se mantendrá exclusiva, con solo 250 unidades del Bugatti Tourbillon disponibles, y un precio aproximado de 3.7 millones de euros. La producción de este vehículo está programada para iniciar en 2026.