Casa Botín, un restaurante fundado en 1725, se proclama no sólo como uno de los más antiguos, sino que es el más antiguo del mundo según el Libro Guinness de los récords, y es uno de los restaurantes que sirven como referencia de la mejor cocina tradicional en Madrid.
La historia del restaurante comienza por 1590, donde aparecen los primeros registros que se tienen del edificio que hoy alberga Botín. Ubicado en una zona comercial clave donde llegaban zapateros, curtidores, cuchilleros, latoneros, herradores, las calles de la zona terminaron por adoptar el nombre de los oficios que se ejercían en ellas: Ribera de Curtidores, Plaza de Herradores o Calle Cuchilleros.
Un cocinero francés de nombre Jean Botín llegó a Madrid acompañado de su esposa de origen asturiano, con la intención de trabajar para algún noble de la Corte de los Austrias. Finalmente, en 1725, un sobrino de la esposa de Botín, Candido Remis, abrió una pequeña posada en la calle Cuchilleros, estableciéndose en la planta baja del edificio.
No es hasta antes del siglo XVIII que no se permitía vender en los mesones alimentos como la carne ni bebidas como el vino, esto era considerado como una intromisión que perjudicaba a otros gremios. En cambio, sólo podía servirse lo que el huésped traía para ser cocinado. Naciendo la leyenda: “en las posadas españolas sólo se encontraba lo que traía el viajero”.
De cocinar lo que los clientes traían para comer, a ser considerado como uno de los mejores lugares para comer cochinillo y cordero, estos son los platillos que son considerados como la especialidad de la casa.
Hasta cuatro veces por semana llegan al restaurante los cargamentos de cochinillos segovianos y corderos, que posteriormente serán asados y servidos al estilo castellano; cocinados en su horno de leña. También ofrecen platos insignia como las almejas “Botín”, los chipirones en su tinta y merluza a la madrileña.
El horno donde se han de cocinar a fuego lento los cochinillos, según se cuenta, no se ha apagado en casi 300 años; ni siquiera una guerra civil ni una pandemia mundial han apagado este fuego. Tiene un porqué, siempre se está cocinando día y noche todos los días del año, además, al ser los ladrillos tan viejos se corre el riesgo de agrietarse con cualquier cambio de temperatura.
Este fuego de 300 años es testigo de los ingredientes que han de cocinar el cochinillo, la sal, la pimienta, el agua, manteca de cerdo, vino blanco, cebolla y ajo. El restaurante también ha dado de comer a varios personajes de la literatura. Escritores como Ernest Hemingway, Benito Pérez Galdós, Graham Greene y María Dueñas han utilizado el restaurante como escenario de sus novelas.
Cocina de autor que viene con siglos de tradición. Casa Botín es un restaurante que se ha sabido adaptar a los cambios con el paso de los siglos, teniendo presencia en redes sociales y con reservaciones online. Un lugar que, más allá de la historia, la experiencia gastronómica vale la pena en tu visita a Madrid.