Hace algún tiempo te compartimos cómo preparar la tabla de charcutería perfecta. Ahora es momento de ser más específicos, así que te presentamos una propuesta ideal para esta temporada de primavera: fresca, colorida y llena de sabores vibrantes.
Tabla de charcutería de primavera
Vayamos por partes. Empecemos con los embutidos:
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Jamón serrano o ibérico: clásicos, pero siempre deliciosos.
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Salchichón con hierbas: para un toque fresco.
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Pechuga de pavo trufada: aporta ligereza.
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Chorizo (suave o picante): un contraste ideal.
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Jamón de Parma: delicado y meloso, para cerrar con elegancia.
Quesos: variedad de texturas y sabores
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Queso de cabra fresco con miel o romero: un imprescindible en primavera.
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Quesos cremosos: como el brie o el camembert.
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Toque español: manchego curado.
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Queso azul suave: como el gorgonzola dulce, para un contraste potente.
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Opción refrescante: queso fresco con albahaca o tomate seco.
Acompañamientos frescos
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Frutas de temporada: uvas, higos frescos, fresas, rodajas de pera o manzana verde.
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Frutos secos: almendras tostadas, nueces y pistachos.
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Encurtidos: pepinillos, aceitunas verdes o negras.
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Pan: baguetes crujientes, crackers de semillas o pan integral.
Toques especiales
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Mermeladas de higo, frambuesa o naranja amarga, y miel con flores para untar en los quesos. Añaden destellos dorados y rosados, típicos de la paleta primaveral.
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Flores comestibles como violetas o caléndulas para decorar: hacen que la tabla sea visualmente atractiva y evocadora de la estación.
Para maridar
Recomendamos vinos blancos o rosados, o aguas infusionadas: frescos, frutales y ligeros, perfectos para días templados o soleados (a diferencia de los tintos robustos del invierno).
¿Por qué es perfecta para primavera?
Esta tabla está diseñada para aprovechar los sabores, colores y texturas de la temporada. La primavera pide platos menos pesados que en invierno, por lo que embutidos como el pavo trufado o el jamón serrano son más digestivos que opciones con más grasa.
Los quesos frescos, como el de cabra, aportan cremosidad sin resultar empalagosos, a diferencia de los quesos muy curados o intensos.
Además, es ideal para disfrutar al aire libre en terrazas o picnics: una propuesta que evita lo pesado, abraza lo fresco y juega con los colores de la temporada.