A las afueras de la ciudad de Puebla se encuentra Chipilo, el pueblo fundado por inmigrantes italianos que aún conserva las tradiciones y costumbres traídas del viejo mundo. Chipilo es un rincón de Italia dentro de México, el orgullo de los pobladores es tal que les dan la bienvenida a los viajeros con un letrero que deja ver ambas banderas, México e Italia.
Durante la segunda mitad del siglo XIX, los primeros inmigrantes italianos llegaron a México en 1868 desde Segusino, una comuna ubicada a unos 60 kilómetros al noroeste de Venecia, pero no sería hasta 1882 que alrededor de 3,000 italianos arribaron a México, terminando en la fundación de Chipilo.
Los primeros pobladores de Chipilo permanecieron aislados del resto del país, a diferencia de otros inmigrantes europeos que terminaron por adaptarse y adoptar la cultura mexicana; Chipilo pudo conservar su cultura y lengua única que los caracteriza.
En Chipilo se habla el “chipileño” o “véneto chipileño”, una variante de la lengua romance que tiene a la mayor parte de sus hablantes en la región de Veneto. Esta lengua llegó a México junto a los inmigrantes italianos, se mezcló con el español mexicano y algunas lenguas del náhuatl. Existe más de una versión del origen del nombre Chipilo, aunque es seguro que todas ellas vienen del náhuatl.
Su ubicación favorable en el valle fértil de Puebla permite la siembra de cereales, frutas y forraje para la cría de ganado y otros animales de granja, permitiendo que se desarrollaran actividades como la elaboración de quesos, pan y carnes frías.
Chipilo recibe a sus visitantes con las imponentes vistas de los volcanes Popocatépetl e Iztaccíhuatl, además de un letrero con las banderas de México e Italia; aunque en el del pueblo encontramos una iglesia que, a diferencia de otros pueblos de México, el centro no está marcado con una plaza y un kiosco. Cerca de la iglesia puedes encontrar el centro cultural Casa de Italia y el Museo de la Migración Italiana.
Se dice que al igual que como se hace en Italia, los pobladores de Chipilo se saludan gritando de un lado a otro de la calle; al ser un pueblo pequeño es normal que todos se conozcan.
Si planeas viajar para corroborar esto, en definitiva, no te puedes perder de la gastronomía de Chipilo, al ser un lugar dedicado a la ganadería abundan los quesos en una gran variedad, desde panela, parmesano, burrata, provolone. A lo largo de la avenida principal del pueblo están los locales de comida, embutidos, quesos, pizza, café y comida casera.
Chipilo es un pequeño rincón de Italia en México, fundado y habitado aún en su totalidad por las familias de inmigrantes italianos y que cuenta con más de 140 años de tradición que fueron preservados al estar aislados del resto de México.
En la actualidad, la gentrificación está acabando con Chipilo, al estar cerca de la ciudad de Puebla, la metrópolis está absorbiendo poco a poco el lugar. Además de la gentrificación, una de las luchas de los pobladores de Chipilo es para preservar el “chipileño”.
Date una vuelta por Chipilo, un pueblo que te va a transportar a Italia sin salir del país; ubicado a 15 kilómetros de la ciudad de Puebla y a 120 kilómetros de la Ciudad de México, es un lugar tranquilo e ideal para visitar unos días, o si lo prefieres, en un fin de semana.
