Viajar no siempre significa moverse rápido de un lugar a otro. A veces, lo más valioso está en bajar el ritmo, en caminar sin mapa y dejar que una ciudad nos sorprenda paso a paso. Las ciudades peatonales, aquellas que le devuelven el espacio al caminante, se han convertido en destinos ideales para quienes buscan unas vacaciones sostenibles, relajadas y llenas de encanto. Entre ellas destacan cinco joyas europeas que se viven mejor a pie: Múnich, Milán, Varsovia, Helsinki y París.
Múnich es una ciudad donde la tradición bávara convive con una fuerte conciencia ecológica. Su centro histórico, dominado por la majestuosa Marienplatz, invita a recorrerlo sin apuros, entre fachadas góticas, mercados de productos frescos y cafés al aire libre. Caminar por el Jardín Inglés (uno de los parques citadinos más grandes del mundo) es descubrir un pulmón verde enorme donde incluso se puede ver a surfistas desafiando las olas del río Eisbach. Y si de sabores se trata, el mercado Viktualienmarkt ofrece desde flores hasta salchichas ahumadas y cerveza artesanal.
Milán, a pesar de su fama como capital de la moda, es una ciudad muy agradable para recorrer a pie, sobre todo en su zona centro, donde se limita el tráfico. El Duomo es un espectáculo arquitectónico que se disfruta aún más desde su plaza, rodeada de vida urbana. Muy cerca, la Galería Vittorio Emanuele II mezcla historia y glamour bajo una cúpula de vidrio, mientras que el barrio Navigli ofrece un ambiente más relajado con canales, murales y cafés perfectos para ver caer la tarde.
Varsovia es una ciudad que ha renacido. Su casco antiguo, cuidadosamente reconstruido tras la guerra, conserva un aire encantador que invita a pasear entre colores, plazas y músicos callejeros. A lo largo de la Ruta Real se enlazan iglesias, palacios y jardines, como si la historia se desplegara paso a paso. Y al llegar al Parque Łazienki, el bullicio urbano se disuelve entre lagos, estatuas y pavos reales que pasean con total libertad.