Crónica de la pareja ideal: Queso y vino

Tequisquiapan, Querétaro se encuentra a tan solo 45 minutos de la capital del estado, llegar ahí es sencillo en autobús o en carretera; disfrutar del paisaje, de los viñedos y su espectáculo a la vista.

Al llegar al pueblo mágico, cambia la perspectiva; se entra en un modo vacacional. Cualquier estrés o preocupación queda fuera. El Centro Histórico es todo un espectáculo visual y pintoresco. Nada mejor que hospedarse en el hotel tradicional Relox, una enorme hacienda, llena de magia con tres albercas y vegetación. Las habitaciones recién remodeladas hacen que caigas en el modo de “descanso”.

Es así como se da inicio a la travesía, a acudir al Parque La Pila. Ubicado a tan solo unos metros. Y el motivo nada menos y nada más que fue la Feria del Queso y el Vino, un festejo, una fiesta que ha trascendido generaciones, y que se realiza año con año en el mes de mayo.

Este evento ha llegado a su final. Fueron un total de tres fines de semana, superando los 90 mil visitantes, además de una ocupación hotelera que alcanzó el 95 por ciento; eso en datos técnicos

Cada fin de semana, los hoteles lucieron llenos de vida, como no ocurría hace dos años; las calles del bien llamado Pueblo Mágico se observaron relucientes, aglomeradas, despreocupadas y sobretodo con un ambiente familiar, festivo e incluso apacible.

Entrar al sitio es encontrar decenas de puestos, de sabores y de olores los que se reunieron en cada uno de los stands. No hubo vino que no tuviera un homenaje, no hubo un queso que no encontrara su “match”, pues de eso trata el vino, de deleitar los sentidos, de saborear, de conocer y de encontrar una historia en cada uva, o hacer una historia de cada racimo y por lo tanto de cada botella.

Los mejores vinos, o los favoritos sin duda; los espumosos. ¡Qué mejor que de Casa La Redonda!, o de la tradicional Freixenet, de herencia española y mediterranea.

Si de comida hablamos, lo mejor es la Paella, que te traslada el paladar a Valencia, y acompañada del sonido de la música y la guitarra hace sentirte en pleno Andalucía.

Pasará un año para que esto vuelva ocurrir, como ciclo lunar que sabes que existirá y que tendrá una vuelta; esperemos que no haya nubes como la de la pandemia que impidan la visibilidad de un festejo como este.

Pero para los amantes del vino esto no se queda aquí; vienen vendimias, celebraciones, homenaje a la uva y mucho más pues la cosecha está en su mejor punto y las cavas seguirán llenas hasta la Gala de Otoño, cierre de broche de oro que ocurre en octubre.

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