El debut para Fincher como director de cine llegó con Alien 3, una producción que no tuvo resultados particularmente positivos ni por parte de la crítica ni por parte de la taquilla. Fue así que Fincher se alejó de las franquicias cinematográficas, y realizó su segunda película con la mitad de presupuesto que la primera. Se trató de Se7en un thriller de detectives con el cual el director pudo lanzar una propuesta estética mucho más propia, de aspecto lúgubre y exploración cinemática inquietante pero aclamada.
Con Fight Club, no solo se confirmó la habilidad de narrativa del realizador sumada a su estilo visual impactante, sino que comenzó a marcar una tendencia en la selección de sus guiones, un poco en la temática, pero sobre todo en la cualidad que tenían en común las historias de generar conflictos internos al espectador, desorientarlo e impactarlo emocional y sensorialmente, así como por un perfeccionismo detrás de la cámara que lo llevaba a repetir planos una gran cantidad de veces.
Basándose en el caso real del asesino homónimo, Fincher dirige Zodiac en el año 2007 en la cual deja de lado la constante paleta de colores, así como las desconcertantes angulaciones de cámara, para dar lugar a una narrativa más de frente, con tensión y estilización clásicas que, nuevamente le ganó las alabanzas de la crítica.
Es así que Fincher llega a realizar The Social Network de la mano de Aaron Sorkin, guionista de la película. Esta, aunque es una especie de pez fuera del agua para el cineasta, es una de mis favoritas, y que, considero, pasará a la historia. Posteriormente realizó dos películas más; The Girl with the Dragon Tattoo en 2012 y Gone Girl en 2014, abordando nuevamente temáticas de crimen y misterio, y desarrollando un estilo personal inconfundible.
El director es favorito de muchísima gente, y es conocido por hacer lo que se le da la gana, pero quién le puede culpar, si entrega joyas cinematográficas una y otra vez. El 13 de noviembre estrenará su próximo proyecto fílmico haciendo equipo con Netflix, uniéndose a la migración masiva de cineastas que la plataforma digital ha recibido con brazos abiertos. La crítica ya comienza a alabar la cinta, que relata las luchas detrás de cámaras en la producción de la icónica Citizen Kane.
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