Daniela Magun: aprender a vivir con respeto

“La mejor lección que podemos aprender de la comunidad LGBT+ es la honestidad hacia uno mismo; la honestidad de vivir acorde a quiénes somos realmente, de respetar nuestros valores y nuestras preferencias sin miedo a la retroalimentación negativa”.
daniela

Desde su paso por la industria musical en su juventud (y actualidad) siendo parte del icónico grupo noventero, Kabah, hasta su transición al mundo televisivo como conductora, Daniela Magun ha dejado huella por donde pasa, pero además de su talento bajo reflectores, uno de los aspectos más característicos de su personalidad decisiva y contundente. Ella es una mujer que cree en sus ideales y no tiene miedo a defenderlos, y justo uno de los ámbitos en los cuales ha sido más vocal es su rol como aliada de la comunidad LGBT+.

 

“En mi carrera, como cantante y como conductora, desde siempre, he sido aliada de la comunidad en cuanto a hablar vocalmente, de frente, fuerte y sin tapujos, desde mucho antes que se hablara en México. Como compositora de canciones que hace treinta años no se podían tocar ni en el radio por las letras que realmente, a mi gusto, no decía nada más allá de la realidad, pero que en nuestro país, pues, era algo que no estaba bien visto. Desde siempre he buscado hacer frente y apoyar a la comunidad como aliada, como amiga, sobre todo a través del respeto, y creo que mi mayor labor hoy es, como mamá de dos niños, inculcarles a ellos el respeto y los valores por cualquier ser humano”.

 

Y este lado compositor aliado no sólo cae en ella, sino en todo Kabah, que es uno de los pilares formativos de Daniela en el mundo del espectáculo. Nos platicó un poco sobre cómo fue el proceso de composición de la que en su momento, posiblemente fue su canción más polémica: Una Ilusión.

 

“Cuando compusimos, «Una Ilusión» con Kabah, la compusimos, me parece que por ahí del año 96 o 97, estábamos en la sala de mi casa, simple y sencillamente fue una composición que salió de nuestro corazón cuando compusimos la frase «diferencia social, preferencia sexual, es humano en todo momento, miedo para aceptar que al llegar al final todos somos igual por dentro»”.

 

 

“Estábamos todos muy jovencitos, fue un momento muy natural, muy orgánico, ni siquiera fue algo que planeamos, es algo que sentimos y de lo cual queríamos hablar; nunca esperamos que hablar de esto fuera a causar tanta polémica en aquel entonces, como te digo, nos pidieron que por favor cambiáramos la letra de la canción para que la pudiéramos tocar en el radio, dijimos que preferíamos que no la tocaran. Entonces, me parece que es una sensación muy linda de decir que bien que siempre he crecido y he tenido esta perspectiva”.

 

Sin embargo antes de todo, esta noción de igualdad fue inspirada y enseñada a Daniela desde el hogar; su madre se convirtió en su primer modelo a seguir como aliada de la comunidad.

 

“Cuando realmente no se hablaba de la comunidad, ni del orgullo, sino todo lo contrario, para mí era algo que en mi casa y en mi hogar era muy abierto, muy natural, siempre de respeto e inclusión. Yo creo que más que un consejo, mi mamá siempre me inculcó a aprender a vivir con ese respeto y sobre todo más allá sin que sea algo forzado, que sea de una manera totalmente natural”.

 

Aunque el tiempo haya pasado, las lecciones que aprendió de chica, siguen siendo válidas en la actualidad ya que como sociedad, aún nos falta mucho para llegar a un estado de bienestar para todos.

 

“Creo que obviamente no estamos ahí aún, pero a mí sí me ha tocado, desde mis años de juventud hasta hoy, ver un cambio muy notorio y muy favorable, aunque sé que hay un largo camino para recorrer”.

 

 

Los aprendizajes que ha tenido nuestra querida portada en las diferentes aristas de su vida, le han enseñado grandes lecciones para apoyar a toda la gente que forma parte de la comunidad, pero han sido dos las cuales más le quedan marcadas., siendo principalmente dos, una para trabajar la inclusión desde el núcleo de la sociedad, la familia; y otra para trabajar desde los niveles más altos de la misma.

 

“Mi número uno sería, en especial a los que tenemos hijos, como en mi caso, inculcar la educación y los valores de respetar a todo el mundo con todas sus preferencias, con todas sus decisiones, de igual manera, sin que sea algo que les cueste trabajo, simplemente algo que venga natural desde casa, porque así lo vivieron y lo mamaron desde niños. Y el número dos es siempre apoyar las legislaciones, cualquier decisión que tenga que ser tomada que requiera de nuestro apoyo y de nuestra aceptación siempre”.

 

Para concluir nuestra plática con Daniela, le preguntamos: ¿cuál consideras que es la mayor lección que podemos aprender de la comunidad? A lo cual nos respondió lo siguiente.

 

“La honestidad hacia uno mismo, la honestidad de vivir acorde a quiénes somos realmente, de respetar nuestros valores y nuestras preferencias sin miedo a la retroalimentación negativa”.

 

Y personalmente, creo que es un gran lema por el cual todos podemos vivir.

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