En un mundo donde la paternidad ya no se reduce a ser “el proveedor”, Mauricio Ochmann protagoniza “Papá Soltero 2.0”, una serie que llega justo para el Día del Padre con un mensaje fresco: ser papá es un viaje de errores, ternura y crecimiento.
En entrevista exclusiva con Dapper, el actor mexicano comparte cómo su vida como padre de dos hijas inspiró su interpretación de César Barrios, un hombre que, tras quedar viudo, debe aprender a criar a sus cuatro hijos en medio del caos. “La serie no romantiza la paternidad: muestra las grietas, pero también la belleza de reinventarse”, nos platica Mau.
La serie sigue la historia de César, un productor de televisión algo ausente que, tras la repentina muerte de su esposa Sandra, se convierte en el único responsable de una familia ensamblada y muy desordenada. Ana, su hijastra; María, hija de su primer matrimonio; y los gemelos Miguel y Cesarín, lo obligan a replantear lo que realmente significa ser papá.
“Cuando leí el guion por primera vez, me atrapó el corazón. Me pareció una oportunidad muy linda, divertida y entrañable de vivir a este personaje y hablar sobre lo que hoy en día es una familia no tradicional. Era una historia con mucho amor y muchas risas”.
Y es que Papá Soltero 2.0 no solo es una comedia de enredos familiares, sino también una exploración sensible de la paternidad contemporánea, el duelo, y el caos de la convivencia intergeneracional. La serie encuentra un equilibrio entre humor y ternura, sin perder la crítica suave a una masculinidad que apenas comienza a cuestionarse a sí misma.
“César es irreverente, políticamente incorrecto, y tiene que madurar a golpes. Pero lo que me ayudó a construirlo fue mi propia experiencia como papá. Yo tengo dos hijas y mi relación con cada una es distinta, muy profunda. Eso lo llevé directamente al personaje. Sentía que cada uno de sus hijos merecía un vínculo individual con él, aunque César no tuviera ni idea por dónde empezar.”
Ochmann no es nuevo en la paternidad, pero admite que este proyecto le permitió verla desde otro ángulo.
“No cambió mi percepción, más bien la reafirmó. Para mí, la paternidad es estar presente, es escuchar, es permitir que tus hijos sean libres y puedan crecer sin sentirse juzgados. Es un trabajo diario. Un buen padre hoy es el que está, que contiene, que ama sin condiciones, que escucha, que deja que sus hijos se expresen emocionalmente y encuentren su mejor versión”.
Ese es precisamente el arco de César a lo largo de los episodios de la serie: dejar de ser un proveedor distraído y convertirse, poco a poco, en un papá de verdad. No uno perfecto, sino uno comprometido: uno que aprende, se equivoca, que está presente y que, sin quererlo, se convierte en espejo de muchos hombres contemporáneos que aún están en ese tránsito.
Rodada entre México y España, Papá Soltero 2.0 no es un reboot de la clásica serie noventera, sino una versión completamente nueva y actualizada del concepto.
César no es el típico “soltero codiciado” que muchas ficciones han glorificado; es más bien un “Papá luchón” que, a su manera torpe y desorientada, intenta reparar los vínculos rotos por años de omisión. En ese proceso, descubre que criar no es solo acompañar, sino estar dispuesto a cambiar uno mismo.
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A sus 47 años, Mauricio Ochmann consolida con este papel una de sus interpretaciones más vulnerables y maduras. Nos entrega un César lleno de contradicciones, pero también de esperanza. Un hombre que, enfrentado a su propio vacío emocional, decide empezar de nuevo.
Papá Soltero 2.0 no solo es un homenaje a las familias contemporáneas. Es, sobre todo, una celebración del amor imperfecto. De ese que se construye día con día, sin fórmulas ni manuales. Como dice el propio Mau, “ser papá hoy es estar ahí, de verdad. Sin filtros. Con todo el corazón”.