Tuvimos el placer de platicar un poco con el actor Germán Bracco, un joven comprometido con su profesión. Conocido internacionalmente por su papel en la telenovela Buscando a Frida, Germán se ha estado desarrollando en el cine y el teatro. En la entrevista, nos compartió un poco sobre sus proyectos e inquietudes artísticas, además de una conversación muy amigable.
¿Cuál es tu parte favorita de trabajar como actor?
Creo que genera mucha empatía. Cuando tienes que desarrollar un personaje tienes que entender su forma de pensar y eso, quieras o no, te lleva a ser más empático con la gente. Me ha llevado a deconstruirme, a pensar mi situación actual, es un trabajo terapéutico.
Estamos muy emocionados por tu protagónico en Háblame de ti, ¿cómo ha sido tu experiencia en el proyecto hasta ahora?
Es una producción preciosa. Estuvimos dos años trabajando de la mano de Eduardo Cortés, el director de la película. Tratamos de que el proceso fuese lo más desarrollado, detallado y paciente para conseguir exactamente lo que él quería. Estoy 99% seguro de que lo conseguimos. Fue un proceso muy agradable, hicimos un equipo precioso. Tenemos actrices y actores super talentosos. La verdad es que fue una experiencia invaluable, más allá de que era mi primer protagónico y el peso que eso involucra, fue un proceso precioso que repetiría ciento cincuenta mil veces.
¿Tendrás alguna anécdota que te gustaría compartir?
La verdad es que el proceso completo fue emocionante, nunca había estado tan involucrado en una producción desde atrás, digámoslo así. La propuesta me llegó hace unos casi cuatro años, entonces fue ir viendo cómo se armaba poco a poco la película completa. No significa nada más una película en la que yo participaba, fue ver cómo era el trabajo de los productores, cómo se fue juntando el crew, la fotografía, los asistentes de producción, la gente de arte, la etapa de audiciones, de callbacks, ensayar, tener pruebas de cámara. Fue una experiencia nueva para mí poder estar tan involucrado desde atrás.
Lo que más me emociona es poder voltear hacia atrás y poder decir: mira, después de tantas dificultades, con una pandemia en medio, logramos levantar esta película y hacerla tal y como Eduardo quería.
¿Cuál es tu principal motivación al interpretar un papel?
Puedo tener muchas consideraciones antes de, pero en escena mis motivaciones son las del personaje. Así que, técnicamente, mi motivación inconsciente es deshacerme de las mías. Pero al momento de interpretar el personaje, te escondes bajo las motivaciones que el personaje necesita tener.
¿Qué lecciones de vida has aprendido del teatro?
El teatro es el mayor aleccionador de mi vida, definitivamente. En el teatro lo que hacemos es mostrar una parte de nuestra humanidad en un escenario a 150 personas (si bien nos va) o 1, 2 personas. Hace que la realidad sea algo muy nuevo, muy distinto. Nos ayuda a cuestionarnos, es una realidad dentro de otra. No nos damos cuenta de todo lo que sucede a nuestro alrededor y de repente el poner un mensaje aislado dentro del teatro involucra la mayor atención posible a ese hecho, analizarlo, darle mil vueltas, poner todo en una perspectiva nueva. Es algo que solamente el teatro puede hacer en una experiencia viva, una conexión sumamente conmovedora, entre espectador y público. El espectador se cuestiona, toca fibras en cuerpo presente, algo a lo que después de la pandemia nos ha costado mucho regresar, involucrarnos con el otro, reconectar con el otro. El teatro nunca va a morir, el teatro siempre va a estar ahí porque lo necesitamos, porque somos seres dramáticos y porque qué mejor que poder ser parte del contacto de historias de cada quien.
Cuéntanos un poco de Prueba Perfecta, ¿qué retos ha significado para ti?
Creo que este es un texto que habla de una variedad de temas que considero vitales para cualquier humano y creo que uno de los retos ha sido no distraernos de esos temas que queremos tocar, como compañía. A veces es fácil entrar en el nerviosismo de la función y dejar pasar estos momentos que podrían parecer irrelevantes, pero cada texto tiene una profundidad única que no hay que olvidar. Tiene tantos momentos así que de repente tienes que ser consciente de todos ellos y no caer en una mecanización de pasarlos por alto, creo que el reto es estar plenamente consciente de mí mismo, estar en un estado de alerta constantemente para poder plasmar estos temas como debe de ser y evitar pasar por alto alguno.
