Más allá de los carruajes tirados por caballos “pura sangre”, el transporte de la familia real ha evolucionado a través de los años. En el ojo público, los Windsor aparecen en la parte trasera de una limusina o en un carruaje tirado por caballos (muy cliché); más allá de las miradas indiscretas de la prensa y el público, también se han mostrado disfrutando de los caminos tras el volante.
Bentley – Limusina estatal
Durante la celebración de los 50 años de la adhesión de la reina Isabel II al trono, se les vio paseando en un Bentley tan único como la propia monarquía británica. Diseñado de manera exclusiva para transportar a su majestad y al duque de Edimburgo durante sus tareas oficiales, este vehículo es una obra maestra de la ingeniería.
Este Bentley es más de 80 cm más largo y más ancho que el modelo Arnage en el que se basa. Además, su techo fue diseñado para que la reina Isabel pudiera entrar y salir sin agacharse.
Su interior está pensado al milímetro. El espacio para equipaje se diseñó alrededor de las dimensiones del bolso favorito de la reina, y la tapicería de los asientos traseros está hecha con lana de cordero producida por el fabricante textil británico Hield Brothers.
Por si fuera poco, la cabina es resistente a explosiones y puede sellarse herméticamente en caso de un ataque de gas. Incluso los neumáticos están reforzados con Kevlar, para asegurar que el Bentley pueda escapar rápidamente en una emergencia.
Aston Martin DB6
Aunque el príncipe William y Kate lo usaron como auto de boda, el Aston Martin DB6 en realidad pertenece al rey Carlos III. A simple vista, este DB6 podría parecer un clásico más, pero tiene un giro ecológico que lo hace único: funciona con bioetanol producido a partir de residuos, como excedentes de vino blanco inglés y suero del proceso de elaboración de queso.
La conversión de este icónico automóvil fue realizada por Green Fuels, una empresa con sede en Gloucestershire, junto con RS Williams Ltd, especialistas en la restauración y mantenimiento de Aston Martin.
Audi Cabriolet
No es un secreto para nadie que la princesa de Gales marcó tendencia en casi todo lo que hacía, claro que su elección de autos no tenía que ser diferente. En el verano de 1994, fue vista conduciendo su Audi Cabriolet por Londres con el techo bajado, y ese solo gesto bastó para que las ventas del modelo se duplicaran, según informó Audi.
La princesa usó este automóvil desde marzo hasta julio de 1994, devolviéndolo a Dovercourt Audi, en St John’s Wood, con solo 4,000 millas recorridas. En 2020 el auto fue subastado con un precio que se estima, fue de 35,000 a 40,000 libras.
Ford Escort RS Turbo Serie 1
Este clásico también fue uno de los favoritos de la princesa de Gales, y se la vio regularmente conduciéndolo en 1985. Encargado especialmente para ella, este Ford fue entregado en negro, un detalle único, ya que todos los demás modelos RS Turbo Serie 1 eran blancos.
Aunque el coche era estándar en la mayoría de los aspectos, tenía una particularidad: una radio en la guantera que se conectaba con su oficial del Escuadrón de Protección Real.
Range Rover – Varios modelos
La relación de la familia real con Range Rover lleva se extiende por varios años, incluso décadas y tres monarcas. Durante años, el Range Rover ha sido un vehículo muy apreciado tanto por la realeza como por sus escuadrones de protección, ofreciendo la combinación perfecta de estilo, comodidad y rendimiento.
Particularmente en 2004, un modelo que perteneció a la reina Isabel II se subastó por 132,750 libras. Este Range Rover distaba mucho de ser normal: las Operaciones de Vehículos Especiales (SVO) de Land Rover lo personalizaron en un tono Epsom Green e incluyeron detalles únicos, como un protector para los corgis, una parrilla delantera modificada para mejorar la seguridad, luces encubiertas y escalones laterales traseros con manijas de agarre para facilitar el acceso de los miembros de la familia real.
