El año 2025 parece querer cerrar un capítulo entero de nuestra memoria cultural. Es como si las páginas de un libro definitivo sobre el siglo XX se fueran cerrando, una tras otra, con una solemnidad que nos obliga a detenernos y mirar atrás.
Este año, la partida de nueve figuras titánicas del cine, la música, la literatura y la ciencia nos deja un paisaje cultural más silencioso, pero resonante con sus ecos.
Hoy rendimos homenaje a Val Kilmer, David Lynch, Ozzy Osbourne, Diane Keaton, Robert Redford, Rob Reiner, Martin Parr, Mario Vargas Llosa y Jane Goodall, despidiendo con ellos una era de creación irrepetible.

El sueño americano y sus sombras: El legado del cine
Robert Redford (16 de septiembre, 89 años): Más que un rubio de mirada azul y sonrisa perfecta, Redford fue la encarnación del sueño americano y, después, su crítico más elegante. Su carrera, un puente entre el star system clásico y el cine independiente, culminó con la creación del Festival de Sundance, un faro que cambió para siempre el destino del cine alternativo. Con él se va la figura del “padrino del cine independiente”.

Diane Keaton (11 de octubre, 79 años): La musa por excelencia de Woody Allen y Annie Hall para siempre. Keaton fue mucho más que un estilo andrógino y un sombrero. Su Oscar por “Annie Hall” (1978) coronó a una actriz de una inteligencia e ironía únicas, capaz de navegar entre la comedia sofisticada y el drama familiar de “El Padrino” con una naturalidad que la convirtió en un icono de generaciones.

Val Kilmer (1 de abril, 65 años): La llama intensa y breve de un talento que quemó por dentro. Desde el arrogante Iceman en “Top Gun” hasta la encarnación psicodélica de Jim Morrison en “The Doors”, Kilmer fue un actor de una entrega total, capaz de desaparecer dentro de personajes inolvidables. Su legado es el del artista que lo dio todo en la pantalla.

David Lynch (16 de enero, 78 años): Con Lynch se apaga una de las voces más originales y oníricas del cine. Maestro del surrealismo suburbano, nos enseñó que “el búho no es lo que parece” en “Twin Peaks” y que bajo el césped perfecto de Estados Unidos late una inquietud profunda en “Terciopelo Azul”. Su universo único, poblado de enigmas y sonidos inquietantes, no tiene sucesor.

Rob Reiner (14 de diciembre, 78 años): En una trágica y violenta despedida junto a su esposa, se fue el director que definió la comedia romántica moderna con “Cuando Harry encontró a Sally” y que exploró con maestría el drama judicial en “Algunos hombres buenos”. Su versatilidad y su oído para el diálogo agudo dejaron películas que son parte de nuestro lenguaje cultural.

Voces que rugieron y observaron: Música y fotografía
Ozzy Osbourne (22 de julio, 76 años): El “Príncipe de las Tinieblas” colgó para siempre su manto. La voz áspera de Black Sabbath, el hombre que mordió la cabeza de un murciélago y sobrevivió a todo, se convirtió en el ícono máximo del heavy metal. Su muerte no es solo la de un cantante; es el fin de una leyenda que encapsuló la rebelión y el exceso del rock.

Martin Parr (6 de diciembre, 73 años): El ojo incisivo y cromáticamente explosivo de Parr nos obligó a mirarnos con ironía. Miembro de Magnum, su fotografía fue una crónica satírica y colorida de la sociedad de consumo global, de la banalidad y los rituales contemporáneos. Su legado es una risa ácida frente al espejo que nosotros mismos sostenemos.

La palabra y sabiduría: Literatura y activismo
Mario Vargas Llosa (13 de abril, 89 años): El último gigante del “boom” latinoamericano ha dejado la pluma. Premio Nobel de Literatura 2010, su obra monumental, desde “La ciudad y los perros” hasta “La fiesta del Chivo”, fue un combate constante entre la pasión individual y las estructuras del poder. Con él se cierra una de las páginas más brillantes de la literatura en español.

Jane Goodall (1 de octubre, 91 años): Más que una primatóloga, fue una revolucionaria de la ciencia y la conciencia. Su trabajo pionero con los chimpancés en Gombe redefinió nuestra relación con los animales y sembró en el mundo una semilla imborrable de empatía y conservación. Su legado es la esperanza misma de un planeta más comprensivo.
