Desde lo tradicional hasta lo innovador, la repostería japonesa va mucho más allá del mochi o el matcha. Por eso, nos dimos a la tarea de traerte una pequeña lista de postres poco convencionales: algo para no quedarte estancado en lo que ya conoces del país del sol naciente (si es que ya lo has visitado). Y si no, esta puede ser una gran oportunidad para descubrirlos.
Kuri Dorayaki
Lo sabemos, el Dorayaki es un clásico, pero el Kuri Dorayaki lo eleva; una versión otoñal del conocido dorayaki, este postre que combina las tortitas de miel rellenas de anko (judías ronas) con castañas asadas (kuri), añadiendo un sabor terroso y textura crujiente.
Es especialmente popular en temporada de otoño y se encuentra en tiendas tradicionales cerca de zonas con paisajes de momiji (hojas de arce).
Debes de saber que, en la cultura japonesa las castañas simbolizan abundancia, y este postre es un gran ejemplo.
Mitarashi Dango
Otro clásico, pero esta vez de los mangas y los animes; si los vemos sin tener mayor contexto nos pueden parecer saladas, pero la realidad es que son dulces. Este postre es básicamente brochetas de bolitas de mochi cubiertas con salsa dulce-salada de soja, azúcar y almidón.
El dango es algo común, no podemos decir lo mismo del mitarashi (glaseado espeso), aunque es este último el que lo hace tan especial y distintivo.
Mamekan
El mamekan es un postre tradicional japonés que pertenece a la categoría de wagashi (dulces tradicionales). Su nombre proviene de la combinación de las palabras “mame” (judías o frijoles) y “kan” (que se refiere a la gelatina de agar-agar).
Lo que hace tan especial al mamekan es la simplicidad de sus ingredientes. Y sí, no es muy popular fuera de Japón.
La base de este postre son las judías negras (kuromame) y el agar-agar. Las judías negras se cocinan con azúcar hasta obtener una textura tierna pero firme, mientras que el agar-agar, derivado de algas, se utiliza para darle esa consistencia gelatinosa característica.
Lo interesante del mamekan es que representa la esencia de la repostería tradicional japonesa. No es un postre llamativo ni exageradamente dulce, sino que busca equilibrar sabores y texturas de manera armoniosa.