La historia de la coctelería está llena de momentos que quedaron congelados en el tiempo, y uno de ellos pertenece a John F. Kennedy. Durante una visita a Cuba antes de asumir la presidencia, el entonces senador quedó cautivado por un daiquiri servido en el famoso bar “El Floridita”. Sin embargo, no era el clásico; era una versión más sofisticada y seca que hoy conocemos como el JFK Daiquiri.
Este cóctel es un tributo al buen gusto y una prueba de que la elegancia no pasa de moda. Perfecto para una tarde de otoño o una reunión antes de la cena, su perfil equilibrado lo convierte en el protagonista indiscutible de nuestra semana.

La Receta: Cómo preparar un JFK daiquiri perfecto
Ingredientes:
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60 ml de Ron Blanco de calidad (Havana Club 3 años o un blanco premium similar)
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15 ml de Vermut Blanco Seco (Dolin Dry o Noilly Prat)
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15 ml de Jugo de Toronja Fresco
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10 ml de Jugo de Lima Fresca
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5 ml de Sirope de Azúcar (opcional, para ajustar el dulzor)
Preparación:
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En una coctelera llena de hielo, vierte todos los ingredientes.
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Agita enérgicamente durante 12-15 segundos hasta que esté bien enfriado.
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Cuela finamente en una copa de martini o coupette, previamente enfriada.
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Decora con una twist fina de piel de toronja o una rodaja de lima.

El toque Dapper
Lo que distingue al JFK Daiquiri de su pariente más famoso es la incorporación de vermut blanco seco. Este ingrediente añade un toque herbal y ligeramente amargo que complejiza el perfil, reduciendo la dulzura y otorgando una profundidad que lo hace increíblemente versátil. Es un cóctel brillante, cítrico y refrescante, pero con una sofisticación que invita a beberlo despacio.
El maridaje ideal
Sirve tu JFK Daiquiri con una tabla de quesos suaves y frutos secos, o con unas ostras frescas. Su acidez y sequedad limpian el paladar a la perfección, creando una experiencia sensorial sublime.
Más que un cóctel, el JFK Daiquiri es una pieza de historia líquida. Una elección impecable para quien busca beber con estilo.
