Presentando a un hombre multifacético y enigmático en la pantalla, pero cálido y honesto en su persona, Julián Gil es el claro ejemplo de lo fructífera que puede llegar a ser la carrera de una persona, si esta decide aventurarse en todas las oportunidades que la vida le ofrece. Y estas ganas de probar todo se ve reflejado en diferentes aristas de su vida profesional, como lo son su restaurante de cocina italiana que se ubica en Polanco, Ciudad de México o su amplio pasado empresarial, que en conjunto con sus más de 25 años de carrera bajo reflectores tanto en el mundo del entretenimiento como del modelaje, convierten a nuestra portada, en un ejemplo a seguir.
Esta larga trayectoria ha permitido a Julián experimentar diferentes facetas y etapas profesionales que le brindan un abanico de posibilidades y experiencia.
“Todas [las etapas] son importantes y bonitas, desde mi primer proyecto hasta mi último proyecto, [pero] podría decir que todos tienen algo especial, el primero por ser el primero y por lo que significó y pues el último por por también por lo que significa, bueno, el penúltimo, nunca se debe decir el último, que fue ‘El Maleficio’ que hice con Fernando Colunga para Televisa. [Sin embargo] hay uno que es muy especial, que fue interpretar la vida de Jesucristo, hacer la vida de Jesucristo, poder interpretar al ser más importante de la humanidad, como actor son palabras mayores”.
Sin embargo, como todo en la vida, algo siempre reluce, por lo que platicamos con él sobre su etapa favorita.
“Todas son importantes, pero la faceta que más me gusta de todas, para mí es la del teatro, he hecho cine, teatro, conducción comercial, es lo que dices tú todo, novelas, películas, pero el teatro es algo que que tiene una magia especial y se debe al público que tiene; el público ahí, te da una respuesta inmediata, a diferencia de cuando haces, por ejemplo, una película o haces una novela o cualquier proyecto, que tú lo grabas, lo haces y después recibes la respuesta. El teatro te da el calor del público, ahí si haces una comedia, la gente se ríe en el momento, no se van a reír a los tres meses cuando entonces ya no tiene esa magia; además, [el teatro] tiene esa tema de poder crear diferentes personajes. Para mí el teatro es lo más grande e increíble”.
A pesar de su ya impresionante currículum actoral, la curiosidad de Julián no acaba ahí; él desea seguir creciendo y descubrir los límites de su propio talento y aún existen roles que le gustaría explorar.
“Quisiera poder interpretar a unos hermanos gemelos, también a una persona que tenga que no tenga la capacidad capacidad visual, ya que eso para mí también puede ser un reto actoral interesante; ya he visto compañeros y actores de Hollywood haciendo ese tipo de papel y la verdad son especiales”.
Este mismo expertise le ha ayudado a, año con año, elegir las mejores opciones para su futuro profesional y Julián nos platicó un poco sobre cómo elige su siguiente proyecto, en específico cuando su rol será actuar.
“Depende mucho de la historia, depende mucho también del productor que esté a cargo directo, hay productores que se destacan por ser grandes productores y hacer proyectos importantes, y tener la oportunidad de trabajar con varios como muy buenos productores. Y sí, se toma en cuenta al productor, el libreto, la historia. También entra en la decisión un poquito de ese sexto sentido que uno tiene, esa intuición que te dice, este no, este es un buen proyecto”.
Girando a un lado más personal, conversamos con Julián sobre las dificultades que se pueden presentar al estar “en la piel” de múltiples personajes y cómo él logra mantener el equilibrio de su persona entre tantos papeles.
“Yo he sabido separar muy bien el trabajo de Julián Gil, sus tiempos, sus momentos propios, sus momentos familiares. Hay quienes se quedan metidos en el personaje, y creo que es lo peor que puede hacer un ser humano, sobre todo un actor. Hay que saber diferenciar y lo que más me ayuda a mí es la familia. Estar con mi familia, como mis perros, con mi novia, con mis amigos. Es sacarme esa indumentaria del actor y caer en la esencia mía, de Julián”.
También nos compartió la lección más valiosa que ha aprendido a lo largo de varios años bajo el spotlight: la humildad.
“La humildad y ser tú mismo, estés o no debajo del spotlight. Yo creo que una de las cosas que me ayuda es que esté donde esté, mi personalidad, mi transparencia y quién soy se mantienen igual; entonces el hecho de que esté bajo una cámara, una entrevista o en una alfombra, no lo cambia, yo no voy haciendo un personaje, yo voy siendo yo y ya; mi meta es tratar de siempre conservar ese Julián que la gente conoce, sobre todo la gente cercana”.
Al término de nuestra conversación, también nos compartió su lema de vida, enseñado por sus padres y que hasta la fecha lo acompaña en su día a día, y que a nosotros se nos queda como aprendizaje para la posteridad.
“Mi lema de vida es hacer las cosas con pasión, independientemente de lo que hagas en la vida. Fue un consejo que me dieron mis padres que siempre he conservado, y que siempre lo digo: quien hace las cosas con pasión, independientemente si es actor, zapatero, bombero o recogedor de basura, si hace la cosa con pasión, va a ser el mejor bombero o el mejor recogedor de basura. Es necesario hacer las cosas bien, con pasión y que te hagan sentir contento, feliz y orgulloso, si no, muévete para otro lado y haz otra cosa; pero si eres feliz haciendo lo que lo que haces, hacerlo con pasión y vas a tener una vida tranquila y feliz”.
¡Conoce más de Julián y su trabajo y descubre de primera mano su gran talento a través de todos sus proyectos!
Créditos de la sesión a Julián Gil (@juliangil)
Fotografía: Katty Cantalmessa (@kattycantalamessa)
