Luja Duhart: Explorando “Conejo blanco, Conejo rojo”

¿Te imaginas ir a una obra donde el actor principal conozca la temática de la puesta en escena al mismo tiempo que la audiencia? Esa es la temática detrás “Conejo Blanco, Conejo Rojo”.

¿Te imaginas ir a una obra donde el actor principal conozca la temática de la puesta en escena al mismo tiempo que la audiencia? Esa es la temática detrás “Conejo Blanco, Conejo Rojo”, una obra de teatro experimental con una sola persona en el elenco, la cual al iniciar su actuación abre un sobre que determinará el futuro de la noche.

 

En esta ocasión, y para ojos del público queretano el viernes 06 de diciembre, el actor y cantante Luja Duhart se enfrenta a esta obra, la cual se presenta como uno de los desafíos más intrigantes y emocionantes de su carrera, al sacarlo de sacado de su zona de confort, permitiéndole así explorar nuevas dimensiones como intérprete y conectar de manera íntima con el público. Conversamos con él sobre cómo llegó a su vida este proyecto y lo que significa para su evolución artística.

 

“La verdad, llegó de sorpresa porque la única vez que he sido parte de Conejo Rojo y Conejo Blanco fue cuando fui a ver a Ceci de la Cueva aquí en la Ciudad de México y dije, ¿qué proyecto más difícil? La persona que se atreve a hacer Conejo Rojo y Conejo Blanco no tiene ni idea de lo que va a hacer hasta que llega al escenario ya con el público, con el teatro lleno, con el recinto lleno, abre un sobre que está sellado y empieza a leer el libreto y es un ejercicio de improvisación al cien por ciento. Entonces, llega a través de una invitación para cerrar la temporada en Querétaro y fue de: un, dos, tres, vamos, a entrar en el vacío”.

 

 

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“Todo llega cuando estás listo y cuando quieres hacer las cosas. No tienes que esperar a un lunes para hacer una dieta, no tienes que esperar a un año nuevo para empezar con tus propósitos. El tiempo es hoy y el tiempo si no lo aprovechas se te va”.

 

Duhart destaca el papel del público en esta experiencia: “Querétaro fue un público muy bonito, cálido, amoroso”. Aparte de la conexión emocional que siente con la ciudad debido a la presencia de su familia allí, la recepción del público fue clave en su decisión de hacer más allá de Conejo Blanco, Conejo Rojo. “Me lanzo a hacer un acústico al día siguiente”, cuenta, subrayando su deseo de aprovechar al máximo el tiempo con la gente de Querétaro.

 

A pesar de la naturaleza impredecible de la obra, Duhart enfatiza que hay una preparación esencial que todo actor debe llevar a cabo. “Como actor, tienes que siempre tener tu músculo actoral muy a flor de piel” y aunque la obra exige improvisación, el entrenamiento constante y la búsqueda de la verdad dentro de la ficción son vitales para que el público pueda conectarse con lo que ocurre en el escenario.

 

Cuando le preguntamos cómo maneja la presión o el nerviosismo antes de una función tan impredecible como Conejo Blanco, Conejo Rojo, Luja nos compartió una reflexión sobre la importancia de la respiración.

 

“Respiro, doy tres respiraciones y repito. Quien es dueño de su respiración es dueño de sus emociones. Y eso como que me aterriza, me pone en el presente y me ayuda a hacer lo que me apasiona hacer, que es salir al escenario”.

 

 

El actor también resalta que muchas veces las presiones no vienen del público, sino de uno mismo.

 

“A veces ni el público te pone esa presión, te la pones tú solito y siempre te pones las barreras de, pero es que tú no eres lo suficientemente talentoso para hacer esto, tú no eres lo suficientemente exitoso para hacer lo otro, tú no eres lo suficientemente guapo para salir con esta persona. Brother, pero no te lo dicen las otras personas, lo dices tú. Pues también el hecho de buscar ayuda también en terapia y saber de qué pie cogeas para de ahí ponerte un calcetín un poquito más grueso, creo que también eso ayuda mucho para salir seguro al escenario”.

 

Además de Conejo Blanco, Conejo Rojo, Luja Duhart tiene varios proyectos en puerta, entre ellos un concierto acústico en Querétaro el día después de su función teatral. “Es como un apapacho”, dice refiriéndose a la conexión que siente al cantar, un talento que ha cultivado desde su niñez.

 

Con esta combinación de proyectos teatrales y musicales, Luja sigue buscando nuevas formas de conectar con su público y explorar diferentes dimensiones de su arte. ¿Te interesa ser parte de esta mística puesta en escena? Adquiere tus boletos dando click aquí.

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