El arte de coleccionar es uno que muchos toman como algo negativo, pero la responsabilidad de cuidar el patrimonio material que define a nuestra historia, es una que no cualquiera toma, y los que se arriesgan saben que es un compromiso para toda la vida, y justo esta tarea fue la que pudimos apreciar en el Salón del Anticuario de Zona Maco, la feria de arte más importante y grande de Latinoamérica.
“[Nuestro Salón del Anticuario es un] espacio creado para la exhibición, difusión y venta del exclusivo universo simbólico de las llamadas antigüedades, en diálogo con artes plásticas, decorativas y de diseño, producidos antes de 1960. Arte más allá de las Academias que, en armonía por contraste, se insertan y se resignifican en la hipercontemporaneidad”.
Entre tantas piezas dignas de museos que asombraron tanto a expertos como aficionados, sin lugar a dudas, hubo algunas que nos dejaron sin aliento.
De primera instancia, lo que llamó nuestra atención fue lo que a distancia y bajo un primer vistazo parecía ser un set de tres piezas, pero al adentrarnos al stand de la Antigüedades Argandona, pudimos ver que no lo era. El mueble del centro es uno italiano de madera de ébano, estilo renacentista de aproximadamente finales del siglo XIX y la marquetería es de marfil, esta cuenta con alegorías.
Otra de las piezas que dejaron su marca fue esta de SAFRA Galería, un palanquín chino del siglo XIX utilizado para transportar al emperador de la dinastía Qing. Su función no solo era transportar al emperador, sino también ocultar el rostro del mismo, todo debido a su creencia del emperador como la personificación de la divinidad. En los laterales cuenta con cortineros que ayudan a darle aún más privacidad. S estima que se necesitaban cuatro personas por lado, es decir un total del de 16 personas, para poder cargarlo. La leyenda de la parte superior dice: “El Señor Supremos de Todos los Cielos”. La pieza en su totalidad es tallada en madera pintada en negro y partes pintadas o recubiertas con hoja de oro.
Si bien los grabados de marfil son impresionantes y dignos de mencionar, la verdadera estrella se encuentra ubicada detrás de estos: un juego de recámara de cinco piezas. Compuesto de la base de la cama, dos muebles de noche, una vitrina y un ropero con espejo, este juego de madera de roble con decoración de cobre, incluye en su propia madera doce pinturas firmadas. Esta pieza es propiedad de la Galería Sevilla.
Por último pasamos a la pieza que personalmente fue mi favorita en toda la feria: un gran biombo con escenas detalladas de arribos a la bahía. La majestuosidad de esta pieza de aproximadamente 3 metros y medio de largo y metro y medio de alto es única, y contrasta a la perfección con los incrustados que decoran su contorno. El detalle que hace altamente especial a esta pieza es que ella misma se explica al contar con letras que narran aspectos de la misma. Esta pieza pertenece a la Galería Rodrigo Rivero-Lake.
A pesar de que en esta nota únicamente cubrimos con mayor detalle cuatro antigüedades, las 16 galerías que formaban parte de la sección del Salón del Anticuario llevaron varias piezas increíbles.
