Viena, la capital de Austria, se convierte en un verdadero cuento de hadas durante la temporada navideña. Con sus elegantes palacios, calles iluminadas y mercados tradicionales, la ciudad ofrece una experiencia inolvidable para quienes buscan sumergirse en el espíritu navideño. Si aún no estás seguro de la magia de esta ciudad europea, te damos seis razones para convencerte.
Mercados Navideños
Los Christkindlmarkt o mercados navideños son una tradición que se remonta al siglo XIII en Viena. Entre los más famosos están el que se instala frente al Ayuntamiento (Rathausplatz), donde más de 150 puestos ofrecen artesanías, comida típica y bebidas calientes como el Glühwein (vino caliente especiado).
Decoración y luces deslumbrantes
Viena ilumina sus calles con decoraciones navideñas espectaculares. Algunas de las avenidas más famosas como la Kärntner Straße y Graben están adornadas con gigantescas luces y ornamentaciones brillantes, creando un ambiente elegante y festivo. Las fachadas de los edificios históricos se iluminan, y el Palacio de Schönbrunn y el Palacio Belvedere también lucen magníficos durante esta temporada.
Conciertos y eventos culturales
La ciudad, famosa por ser cuna de grandes compositores como Mozart y Beethoven, celebra la temporada con numerosos conciertos de música clásica; uno de los más prestigiosos es el Concierto de Navidad de la Orquesta Filarmónica de Viena, que atrae a visitantes de todo el mundo. Además, las iglesias y salas de concierto ofrecen recitales que permiten disfrutar de coros y orquestas tocando villancicos y obras clásicas.
Tradiciones gastronómicas
La gastronomía navideña vienesa es otro gran atractivo. En los mercados y restaurantes se pueden probar delicias típicas de la temporada como las Lebkuchen (galletas de jengibre), el Christstollen (pan dulce de frutas) y salchichas vienesas acompañadas de una buena taza de chocolate caliente o ponche.
Pistas de hielo y paseos románticos
Durante Navidad, se instalan varias pistas de patinaje sobre hielo en diferentes puntos de la ciudad. La pista frente al Rathaus es una de las más grandes y pintorescas, rodeada por el majestuoso edificio del Ayuntamiento. Además, la ciudad invita a paseos románticos en carruajes (Fiaker), que permiten recorrer sus calles cubiertas de nieve y descubrir sus monumentos más emblemáticos bajo la magia de las luces navideñas.
El encanto de la nieve
Viena en diciembre a menudo se cubre de nieve, lo que le da un toque aún más especial. Los jardines de los palacios, como los de Schönbrunn, se ven espectaculares bajo un manto blanco.
