Las uvas no solo dan vida al vino, sino que también son el corazón de una diversidad de bebidas alcohólicas. La región de cultivo influye enormemente en el sabor final, haciendo que cada vino sea único. Pero más allá de los viñedos, hay un mundo de destilados y fermentados donde la uva es protagonista. Acompáñame a descubrir algunas de estas bebidas.
Brandy
Este es un destilado de vino que se envejece en barricadas de roble. Se elabora en varios países que son considerados productores de vino, y su contenido alcohólico varía entre 36% y 60%. Conocido por su sabor suave y afrutado; la palabra brandy viene del holandés “brandewijn”, que significa, literalmente, vino quemado.
Cognac
El cognac es simplemente una variedad especial de brandy originario de la región de Cognac en Francia. Desde 1909, el cognac es una denominación de origen protegida. Se produce utilizando uvas blancas específicas como la Ugni Blanc, Folle Blanche y Colombard, y se distingue por su proceso único de destilación.
Orujo y Grappa
El aguardiente de orujo, esa bebida tradicional española, se elabora con los residuos de las uvas después de prensarlas. Es muy popular en Galicia y se toma tanto de aperitivo como de digestivo.
La grappa, por su parte, se obtiene también del orujo, que son los restos de la uva tras hacer el vino. Al igual que el aguardiente, se suele beber como digestivo y es conocida por su intensidad. Su origen es italiano.
Pisco
Otro aguardiente, esta vez originario de Perú y Chile, se elabora mediante la fermentación y destilación de mosto fresco de uvas. Su contenido alcohólico varía entre el 38% y 48%, y es conocido por su papel estelar en cócteles como el Pisco Sour.
Singani
Es un destilado boliviano, elaborado principalmente con uvas moscatel de Alejandría, se fabrica en la región montañosa de Tarija. Es famoso por su delicadeza y su distintivo aroma frutal.