Pasar una hoja afilada sobre tu piel no es, ni será, un proceso completamente libre de desafíos. Irritación, escozor e incluso, algún corte son parte de la curva de aprendizaje en este arte del cuidado personal. Esto sucede porque muchas veces seguimos consejos obsoletos transmitidos de generación en generación, o simplemente desconocemos los pasos clave para un afeitado impecable.
Hoy ponemos fin a esas complicaciones. Desde la preparación hasta el cuidado post-afeitado, aquí tienes el camino hacia una piel libre de cortes y molestias.
Prepara tu piel
El vello facial puede ser tan resistente como un cable de cobre, así que una buena preparación es esencial. Antes de tomar la rasuradora, exfolia suavemente tu rostro en la ducha o el baño. Esto no solo suavizará el vello, sino que eliminará células muertas e impurezas, además de abrir los poros. El resultado: un deslizamiento más cómodo y efectivo
Espuma de afeitar
Muchos optan por espuma o gel enlatado, pero nuestros ancestros sabían algo que hemos olvidado: las herramientas clásicas como el cepillo de tejón y el jabón de afeitar ofrecen resultados superiores.
La clave está en crear una espuma espesa y cremosa. Recomendamos un jabón de afeitar en tazón, que además de facilitar el deslizamiento de la navaja, calma la piel irritada. Aplica la espuma con movimientos circulares, y espera dos minutos antes de afeitarte para suavizar el vello completamente.
Selecciona la hoja adecuada
Contrario a la creencia popular, no necesitas una rasuradora de múltiples hojas para un afeitado más apurado. Más hojas significan más fricción y mayor irritación.
Elige una navaja de doble filo. Su diseño afilado reduce tirones y protege tu piel, además de ser una opción más económica a largo plazo.
Ve con calma
En un mundo acelerado, tómate el tiempo para afeitarte con calma. Sostén la navaja a un ángulo de 30 grados con tu rostro; un ángulo incorrecto puede dañar la piel o causar tirones. Comienza desde las patillas y realiza movimientos pequeños y controlados, enjuagando la navaja con agua caliente tras cada pasada. Para mejores resultados, usa tu mano libre para tensar la piel.
¿A contra pelo?
Siempre empieza afeitándote en la dirección del crecimiento del vello para evitar irritaciones. Si buscas un apurado más cercano, vuelve a aplicar espuma y afeita en dirección opuesta, asegurándote de que los vellos estén completamente suavizados. Observa cómo crece el vello en cada área de tu rostro y adapta tu técnica según sea necesario.
Cuida tu piel
Al terminar, enjuaga tu rostro con agua fría para cerrar los poros y aplica un bálsamo, hidratante o suero post-afeitado. Prioriza productos sin alcohol, ya que el alcohol seca la piel y aumenta el enrojecimiento.
Aplica el producto dando suaves toquecitos en lugar de masajear; esto reducirá la irritación y permitirá que tu piel se recupere con mayor rapidez.