En la industria automotriz, hay vehículos que han marcado un antes y un después, pero pocos han tenido una trayectoria tan duradera como el Shelby Cobra. Este coche surgió de la visión de crear un deportivo apto para el uso diario y que, al mismo tiempo, pudiera desplegar todo su potencial en la pista.
La idea viene del piloto estadounidense Carroll Shelby, vencedor en las 24 horas de Le Mans de 1959 con el equipo Aston Martin y excompetidor de Fórmula 1. Tras retirarse debido a problemas de salud, se dedicó a crear un automóvil deportivo que fuera tan apto para las calles como para la pista.
El Shelby Cobra fue el resultado de esta arriesgada idea. Su historia comienza en 1953 con el AC Ace, un roadster británico para dos personas, que destacaba por su chasis ligero y su carrocería de aluminio. Inicialmente, este coche contaba con un motor de 2 litros creado por Weller, pero no pasó mucho tiempo antes de que se optara por un motor Bristol de 2.0 litros, producido por BMW.
En 1962, Shelby estaba entusiasmado con el AC Ace, un automóvil inspirado en el diseño del Ferrari Barchetta. Shelby seleccionó este modelo para hacer realidad su visión y, si la jugada salía bien, su primer objetivo sería superar al Corvette de Chevrolet.
Se propuso instalar un potente motor Ford V8, por lo que el primer modelo del Shelby AC Cobra estaba equipado con un V8 de 3.6 litros. Según una versión de la historia, el auto sin motor fue enviado a Estados Unidos, mientras que otra versión indica que Shelby viajó a Inglaterra. En su segunda versión, el Shelby AC Cobra 260 contaba con un motor Ford V8 de 4.3 litros, donde el número 260 se refiere a las pulgadas cúbicas del motor.
Este motor permitía que el auto superara los 220 km/h gracias a su potencia de 260 CV, contando con dirección de cremallera y frenos de disco en las cuatro ruedas. En revisiones posteriores, lograron aumentar su capacidad a 289 pulgadas cúbicas.
No había duda de que el motor estadounidense del Cobra era su principal distintivo, superando récord de velocidad en su país; para 1963 llegó a Europa el equipo Shelby American, compitiendo en el Campeonato del Mundo de Constructores de la FIA para automóviles deportivos.
El Cobra estaba superando a las marcas dominantes del viejo mundo. No fue hasta 1963, el vehículo empezó a quedarse atrás, especialmente frente a marcas como Ferrari en competiciones internacionales. Carroll y su equipo estaban decididos a darlo todo, desarrollando el Shelby AC Cobra 427, una bestia con un motor V8 de 7.0 litros y 427 pulgadas cúbicas, capaz de generar unos 425 caballos de fuerza.
Shelby siempre quiso ir más allá y terminó construyendo el Cobra definitivo: el Shelby Cobra Super Snake. Aunque nunca se comercializó ya que fue construido para el propio Shelby. Este auto personalizado mantenía el motor 427 con algunas modificaciones que le permitieron alcanzar los 800 CV.
La versión de serie más potente que se tuvo fue el Shelby AC Cobra 427 S/C (semi competición) Conocido también como 426, un auto orientado a los circuitos, aunque este modelo no logró ser homologado por la FIA, por lo que eran en la teoría autos de competición, pero homologados para la calle.
El reconocimiento del Shelby Cobra en el mundo de la competición es muy amplio, participando en por lo menos 500 carreras, desde entonces su impacto en el automovilismo y la cultura popular se sigue reconociendo hoy en día.
Considerado como un símbolo de estilo y desempeño, un auto elegante y agresivo, inspirando otros modelos de época como el GT350 y el GT500, colaboraciones con Ford que harían de estos autos los más importantes en la historia de la compañía.
