¿Por qué estamos tan obsesionados con los cuerpos jóvenes y delgados? ¿Cuántas veces puedes ver una persona con piel morena en un comercial? Cuéntalas. No es sorpresa que sólo la gente delgada, joven, blanca y bonita tenga un lugar de representación en estos lugares. ¿Qué cambiaría si no fuese así, si hubiera más representación de los cuerpos periféricos?
Los estereotipos de belleza cambian con el tiempo. Hace cien años, los peinados, las medidas del cuerpo e incluso el tono de piel que se consideraban estéticos no eran nada similar a los cuerpos que hoy vemos en instagram.
Modas van y modas vienen, pero eso no es algo alarmante. Desde que se fundó el cine, los cuerpos blancos eran los protagonistas de las series y películas, relegando a roles secundarios a las personas de diferentes razas. El espectáculo moderno lleva más tiempo existiendo de lo que la libertad para las personas negras en Estados Unidos, puesto que la segregación racial terminó en 1965. Esto significa que en muchas ocasiones, en el teatro y en el cine, utilizaban personas blancas disfrazadas de personas negras, porque por el racismo no era bien visto que participaran en películas. A este fenómeno se le llamó blackface, actores blancos que se pintaban la piel de negro para ridiculizar el estereotipo del afroamericano, algo terriblemente ofensivo.
Lo que se considera bello, los cuerpos con mucha representación y los cuerpos que está prohibido mostrar, han moldeado nuestro imaginario desde hace siglos. En México ha sucedido algo similar con las personas indígenas y afromexicanas.
En todo el país ha habido una segregación de los pueblos indígenas, que fueron desplazados de sus territorios y despojados de sus hogares y costumbres. La discriminación sigue siendo palpable en los medios de comunicación, donde se representa a las personas indígenas como estereotipos cómicos. Es un fenómeno similar al blackface, donde personas blancas “se disfrazan” de personas indígenas, pero sólo para burlarse de ellas.
A pesar de que más del 60% de la población tiene piel morena, casi ningún protagonista en series, novelas y películas mexicanas comparte esta característica.
Tendríamos que cuestionarnos la manera en la que los cuerpos son incluidos y representados, porque no estamos hablando de estilos o modas, sino de reconocer que las personas somos diferentes. No es lo mismo hacer una sesión de fotos donde la piel de una actriz es aclarada digitalmente, a representar la historia de una familia no blanca. Pero, ¿esto va a cambiar algo en la discriminación o sólo están ampliando el margen de consumidor?
El problema sería caer ingenuamente en la idea de que la representación es lo único a lo que podemos aspirar como sociedad justa. Es importante la representación en los medios, pero no es la meta última y no elimina el racismo por sí misma. Darle un espacio a los cuerpos no hegemónicos es dar cuenta del avance de la equidad y cómo todos pertenecemos.
Habría que preguntarnos qué tipo de personas están detrás de estas producciones. ¿El grupo detrás de la película es diverso, o sólo es un equipo hegemónico que está dando la apariencia de serlo? ¿Quiénes ocupan los puestos más altos? Como dicen por ahí, no se trata de “darles voz a los que no la tienen“, sino de pasarles el micrófono.