Con la llegada de la primavera, la Casa Louis Vuitton revela el segundo capítulo de una colaboración ya legendaria, donde el arte contemporáneo se entrelaza con la herencia de la moda. La musa de esta temporada no podía ser otra que Zendaya, embajadora de la firma y encarnación del espíritu audaz y elegante que define esta colección.
En esta reedición, el celebrado artista japonés Takashi Murakami rinde homenaje a la efímera pero deslumbrante belleza de la flor de cerezo, símbolo universal de renovación y esperanza. Su emblemático motivo floral vuelve a florecer sobre las pieles más exquisitas, sedas delicadas y siluetas que evocan el esplendor de los jardines primaverales japoneses.
La colección Cherry Blossom irradia optimismo y fantasía. Piezas como la bolsa Speedy 25 con correa o la Pochette Accessoires que capturan la esencia de un jardín en pleno apogeo. Detalles lúdicos y coloridos adornan pañuelos, bandanas y los codiciados tenis LV Trainer, transformando cada accesorio en una pequeña obra de arte portátil.
El vibrante universo visual de Murakami también se hace presente a través de su célebre Monogram Multicolore y su entrañable Superflat Panda, que irrumpen en la colección como guiños a su legado artístico, desafiando los códigos tradicionales del lujo con un espíritu irreverente y alegre.
Louis Vuitton y Murakami celebran no sólo la primavera, sino la vitalidad del arte y la moda en constante evolución. Cada pieza es una invitación a soñar, a florecer y a llevar consigo un pedazo de cielo japonés. Una colección que, más que vestirse, se vive.