Cuando pensamos en repostería francesa de alta gama, usualmente nuestra mente gira hacia los macarrones, sin embargo debido a su naturaleza, los postres de este país europeo que entran en dicho rubro son muchísimos, sin embargo uno que se encuentra en la cima de los favoritos por su sabor y elegancia, es sin duda el profiterol.
Si bien los profiteroles son franceses su origen es algo curioso e italiano. En el siglo XVI, cuando Catalina de Medici se convirtió en reina consorte de Francia, trajo consigo pasteleros los cuales elaboraron un pastel de masa caliente que en el siglo XVIII pasó a llamarse pasta choux, que significa col; le pusieron ese nombre debido a su pequeña y redonda forma.
Poco tiempo después, durante el siglo XIX, Antonin Carême rellenó profiteroles de crema pastelera o crema batida acercándose a la forma que hoy conocemos, pero fue hasta Jean Avice, que lo que hoy conocemos se perfeccionó. A pesar de esto, muchos argumentan que no podemos asegurar quién tuvo la idea de recubrir los profiteroles con chocolate caliente.
Sin importar su origen, actualmente los profiteroles son uno de los postres más refinados que puedes elegir para tu paladar, sea por sí solos o en arreglos un poco más elaborados para crear un postre inclusive más majestuoso, como lo es el croquembouche.
Y debido a esta elegancia y majestuosidad del postre francés, lo consideramos como uno de los mejores postres a tener en la mesa de tu cena navideña o en la de tus posadas, en especial si tu intención es deslumbrar a tus invitados.