No necesitas una cava imposible ni un afinador de quesos francés para armar una experiencia memorable. A veces, basta con una tabla bien pensada, una botella que te emocione y el deseo de convertir tu sala o balcón en la mejor mesa del día. En Dapper te compartimos combinaciones simples, efectivas y deliciosas para llevar el clásico maridaje de queso y vino a tu casa. Porque el buen gusto también se cultiva en pantuflas.
Brie + espumoso seco
El Brie es ese queso que siempre queda bien. Tiene textura mantecosa y sabor delicado, así que necesita un vino que no opaque, pero sí contraste. Un espumoso seco ayudará a equilibrar su acidez y burbujas, convirtiéndolo en una opción ideal para arrancar la tarde o acompañar una charla larga. Pro tip: agrega unas uvas frescas o almendras fileteadas a la tabla.
Manchego curado + Tempranillo
Si tienes un manchego maduro en casa acompáñalo con un Tempranillo. Este vino tinto de cuerpo medio y notas especiadas le hace segunda de forma impecable. La experiencia es robusta, sin ser pesada; perfecta para una cena sin prisas. Pro tip: acompaña con pan rústico o membrillo.
Queso de cabra + Sauvignon Blanc
El queso de cabra tiene ese punto ácido que se lleva increíble con un Sauvignon Blanc, especialmente si es joven. En este combo no hay pesadez: todo es luz, frescura y ligereza. Perfecto para los días cálidos o cuando quieres algo sencillo pero bien hecho. Pro tip: añade rodajas de pepino o miel si te gusta el contraste dulce.
Azul + vino dulce (Oporto o Late Harvest)
El maridaje que no sabías que amabas. Los quesos azules (como Roquefort, Stilton o incluso Azul Oaxaca) tienen sabores intensos y complejos, y aunque pueden parecer intimidantes, se transforman al combinarlos con un vino dulce. Piensa en un Oporto, un vino de cosecha tardía o incluso un vino blanco dulce mexicano. Es el postre que no sabías que querías. Pro tip: acompaña con nueces o pan de masa madre.
Parmesano + tinto ligero (Pinot Noir o Nebbiolo joven)
Si tienes parmesano (el del refri también sirve), pruébalo con un Pinot Noir o un Nebbiolo joven. La textura granulada del queso y su perfil de sabor contrastan de manera increíble con las notas de estos vinos. Pro tip: ralla un poco sobre pan tostado con aceite de oliva.