Una alfombra o tapete siempre aporta estilo y elegancia a un hogar, pero esa no es su única función, dependiendo del material del que esté hecho puede ayudar a mantener cierta temperatura en un espacio.
Generalmente estos accesorios se asocian con la temporada invernal; sin embargo, si eliges materiales ligeros y con capacidad de transpirar un tapete puede aportar frescura a una habitación.
En pisos de madera, hormigón pulido o baldosas es aconsejable colocar un tapete, especialmente si están en habitaciones orientadas al sur con una prolongada exposición al sol.
Pasos para elegir tu alfombra o tapete de verano:
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Identifica su grosor
Entre más gruesa una alfombra mayor masa térmica, lo que significa que retiene el calor del sol del día y lo libera por la tarde y noche. Aprieta el tejido suavemente con los dedos y si cambia mucho su grosor significa que no es apropiada para el verano.
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Revisa en la etiqueta o pregunta al vendedor su material y la técnica de tejido con que esta hecha.
Además de los materiales es importante tener en consideración la forma del tejido; los hilos prensados y muy ajustados tienden a conservar mejor el calor; por eso las alfombras de lana o algodón tienden a retener el calor durante todo el día.
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Apuesta por alfombras de fibras naturales
El material de referencia para este tipo de tapetes es el yute, el cual suele combinar con todo tipo de decoraciones, aunque se distingue por aportar un aspecto rústico y tropical a los ambientes. No acumulan calor y son capaces de regular la humedad; además cada alfombra de yute es una pieza única y completamente.