En un gesto que fusiona lujo con legado ambiental, Versace ha extendido su Medusa hacia las aguas cristalinas de Bora Bora, adoptando 9,000 fragmentos de coral en colaboración con Coral Gardeners, la organización pionera en restauración de arrecifes. Esta iniciativa, parte integral de su colección La Vacanza 2025, transforma cada compra en un acto de mecenazgo oceánico: durante junio, los clientes podrán bautizar y rastrear el crecimiento de su propio coral, desde el vivero hasta su hogar en el arrecife.
Raíces submarinas
Mientras otras casas de moda se limitan a eslóganes verdes, Versace teje sustentabilidad con elegancia concreta. Los corales adoptados —especies clave para la biodiversidad marina— serán monitoreados por científicos locales, ofreciendo a los compradores de La Vacanza (una línea donde los estampados vibrantes dialogan con el azul tahitiano) un vínculo tangible con la conservación. Cada informe de progreso llegará envuelto en el mismo glamour que caracteriza a la maison: no como un reporte técnico, sino como una crónica de vida submarina firmada por el lujo.
¿Por qué Coral Gardeners?
La elección de la organización no es casual. Con base en Polinesia —epicentro del turismo de lujo y de ecosistemas frágiles—, Coral Gardeners combina tecnología de punta (como inteligencia artificial para mapear corales) con saberes ancestrales polinesios. Versace, al sumarse, no solo financia la replantación, sino que educa a su comunidad sobre el rol vital de estos “arquitectos del océano”.
La campaña incluirá códigos QR en las etiquetas de La Vacanza, dirigiendo a videos 360° de los corales adoptados. Un guiño audaz: los diseños de la colección incorporan motivos inspirados en los patrones de crecimiento coralino, hilando moda y biología con la precisión de un bordado.