Cuando Nothing irrumpió en la escena tecnológica con su Phone 1 en 2022, prometió ser un grito de guerra contra la monotonía de los smartphones.
Bajo el liderazgo de Carl Pei, cofundador de OnePlus, la marca londinense se erigió como un faro de innovación disruptiva, desafiando a gigantes como Apple y Samsung con diseños transparentes, interfaces audaces y una filosofía centrada en la “autenticidad sobre la especificación”.
Sin embargo, con el lanzamiento del Nothing Phone 3 en 2025, surgen preguntas incómodas: ¿logró la marca mantener su esencia rebelde, o se convirtió en lo que juró destruir?
Las promesas iniciales
Nothing nació para criticar la falta de originalidad en la industria. Su primer eslogan, “Nothing to hide”, reflejaba una transparencia literal (con sus icónicos diseños que revelaban componentes internos) y metafórica (priorizando la experiencia del usuario sobre el marketing vacío).
El Glyph Interface, con sus luces LED personalizables, era un símbolo de esta rebeldía: funcional, estético y deliberadamente anti-mainstream.
Nothing Phone 3
El Nothing Phone 3 llega como el intento más ambicioso de Nothing para competir en el segmento premium (inicia en un precio de 799 dólares), pero este salto implica concesiones que tal vez no se alinean con su discurso inicial.
Diseño: La trasera asimétrica y el Glyph Matrix (una pantalla circular de 489 LEDs) son audaces, pero muchos los consideran “gimmicks” más que algo funcional.
Rendimiento: El chip Snapdragon 8s Gen 4 es sólido para el día a día, pero se queda atrás frente al Snapdragon 8 Elite de Samsung o el A18 de Apple (iPhone 16) en pruebas de estrés. Nothing argumenta que la optimización de su software (Nothing OS 3.5) compensa esta brecha, pero los benchmarks objective muestran lo contrario.
Cámaras inconsistentes: Aunque mejora respecto a modelos anteriores, el sistema triple de 50 MP aún no iguala la calidad de un Pixel 9 o iPhone 16. Fotos con balances de color variables y limitaciones en condiciones de poca luz revelan que la prioridad no está en la excelencia fotográfica.
Algo cambió
Nothing criticaba la sobrevaloración de los flagships, pero el Phone 3 cuesta $799, alineándose con sus rivales. Sin duda, una gran contradicción.
Software malísimo (o limitado)
Nothing OS 3.5 (basado en Android 15) es elegante, personalizable y libre de bloatware. Su estética dot-matrix y los widgets funcionales son refrescantes, pero añadidos como el Essential Key (un botón para grabación rápida y notas) son recibidos con escepticismo.
La falta de sincronización en la nube y herramientas de IA básicas comparadas con Google o Samsung lo hacen sentir incompleto.
¿Se volvieron parte de la industria?
Sin duda, el Nothing Phone 3 es un dispositivo fascinante que encarna una paradoja moderna: busca destacar en un mercado homogenizado, pero para hacerlo, adopta estrategias de sus rivales (precios premium, marketing de estilo de vida).
Aunque su diseño y software son refrescantemente únicos, las concesiones en rendimiento, cámaras y sostenibilidad revelan que la marca ha priorizado la forma sobre el fondo.
Sí, se convirtieron en lo que tanto criticaban.