La verdadera magia navideña no solo se ve; se escucha, se huele y se saborea. La navidad es una experiencia que envuelve todos tus sentidos y se graba en tu memoria como un recuerdo dorado. Y si existe una ciudad en el mundo que haya perfeccionado este arte hasta convertir la Navidad en una obra maestra es sin duda Viena.
La capital austriaca no celebra las fiestas, le da vida; desde los elegantes palacios, las calles iluminadas y los mercados tradicionales, la ciudad busca que te sumerjas y vivas en carne propia el espíritu navideño.
Así pues, si nuestra recomendación de hace un año no fue suficiente para que visites Viena, vamos a intentar que te enamores una vez más de la magia navideña de la capital austriaca.
Los mercados navideños
Créenos, pasear por los Christkindlmärkte vieneses es como si te adentraras en una pintura del siglo XIX:
Rathausplatz (Plaza del Ayuntamiento): Seguramente el más icónico y grandioso. Con el majestuoso Ayuntamiento (Rathaus) de fondo, iluminado como un palacio de hielo, cientos de casetas ofrecen artesanías, adornos de cristal de Swarovski y el irresistible aroma de Glühwein (vino caliente especiado) y Kastanien (castañas asadas). Un carrusel gigante y una pista de patinaje sobre hielo añaden un toque de alegría infantil.

Spittelberg: Para los amantes de lo auténtico. En las calles empedradas de este barrio bohemio, el mercado se vuelve más íntimo y artesanal. Es el lugar perfecto para encontrar regalos únicos; desde cerámica, joyería de autor y juguetes de madera tallada.

Schönbrunn: A los pies del palacio de la emperatriz Sissi, este mercado tiene un aire especialmente aristocrático. La vista del palacio barroco iluminado mientras degustas un Punsch (ponche) es una postal viva.

El soundtrack navideño
En Viena, la música es el alma de la Navidad. Y no es para menos, es la ciudad de Mozart, Strauss y Schubert, y en diciembre cada iglesia, cada palacio y cada sala de conciertos resuena con las melodías de la época.
Puedes asistir a un concierto en el Palacio de Schönbrunn o la Musikverein, pues es un ritual escuchar música clásica en estas salas legendarias.

O bien, asuste a presenciar la voz angelical de Los Niños Cantores de Vienna (Wiener Sängerknaben). Encuéntralos en la Hofburgkapelle o la Iglesia de los Agustinos.

Los sabores navideños
Tu visita a Viena no está completa sin probar la gastronomía. Más allá del Glühwein, la repostería se convierte en protagonista.
En templos como el Hotel Sacher o Demel, la tradición pastelera es sagrada. Un trozo de la Tarta Sacher (chocolate intenso y mermelada de albaricoque) con un café vienés es una cita obligatoria.
Tampoco puedes irte sin probar un Kaiserschmarrn (tortilla dulce deshilachada con compota de ciruela) o unas Salzburger Nockerl (soufflé esponjoso), ideales para reponer fuerzas tras un día de paseo.

El toque Dapper
Para el viajero, Viena ofrece experiencias que van más allá de lo obvio. Desde patinar en Eislaufverein frente al ayuntamiento hasta un paseo en el Time Travel Vienna.
Y como consejos adicionales, el invierno en Viena es frío y húmedo. Carga un buen abrigo y botas cómodas para el empedrado, además de los guantes. También te recomendamos que no te quedes solo en el centro.
