Entre los sabores que definen la Navidad, hay uno que genera opiniones divididas pero que tiene una historia innegable: el fruit cake. Este pastel denso, oscuro y repleto de frutas confitadas y secas, no es un invento moderno. Sus raíces se remontan a la antigua Roma, donde se elaboraba un pan dulce con granada, piñones y pasas.
Sin embargo, la versión que conocemos hoy tomó forma en la Europa medieval, donde las frutas escasas y costosas se conservaban con azúcar y se incorporaban a masas especiadas para celebrar ocasiones especiales, especialmente la cosecha final y, posteriormente, la Navidad.
La tradición cruzó el océano y se arraigó con fuerza, convirtiéndose en un elemento central de la festividad. Su riqueza y capacidad para conservarse bien (gracias al alcohol que a menudo se usa para humedecerlo) lo convirtieron en el postre perfecto para una época de celebración. Más que un simple pastel, el fruit cake es un símbolo de abundancia, preservación y calidez invernal.
Prepararlo en casa es un ritual que llena la cocina de los aromas navideños por excelencia: canela, jengibre, clavo y nuez moscada. Esta es una receta clásica y accesible para crear tu propio fruit cake.
Receta de Fruit Cake Navideño
Ingredientes:
Para las frutas:
500 gramos de una mezcla de frutas secas y confitadas (pasas, arándanos deshidratados, cerezas confitadas, cáscara de naranja y limón confitada picadas)
120 ml de un licor oscuro como brandy, ron o coñac (más extra para cepillar después)
Para el pastel:
- 250 gramos de mantequilla sin sal, a temperatura ambiente
- 200 gramos de azúcar moreno
- 4 huevos grandes
- 300 gramos de harina de trigo
- 1 cucharadita de polvo para hornear
- 2 cucharaditas de especias mezcladas (canela molida, jengibre molido, clavo molido, nuez moscada)
- 120 ml de miel o melaza
- 100 gramos de nueces o almendras picadas (opcional)
- La ralladura de 1 naranja
Cómo prepararlo:
- Macerar las frutas: Al menos un día antes (idealmente una semana), combina la mezcla de frutas picadas con el licor en un recipiente hermético. Revuelve bien y deja reposar para que las frutas absorban el licor y se ablanden, lo que dará un sabor profundo y húmedo al pastel.
- Preparar el molde: Precalienta el horno a 150°C (300°F). Forra un molde para pan o un molde redondo alto con papel para hornear, engrasándolo ligeramente.
- Crear la masa: En un tazón grande, bate la mantequilla ablandada con el azúcar moreno hasta obtener una mezcla cremosa y pálida. Incorpora los huevos uno a uno, batiendo bien después de cada adición. Agrega la miel o melaza y la ralladura de naranja, integrando todo.
- Incorporar los secos: En otro tazón, cierne la harina, el polvo para hornear y las especias. Agrega estos ingredientes secos a la mezcla de mantequilla en partes, alternando con la fruta macerada (junto con cualquier líquido sobrante) y las nueces picadas. Mezcla con una espátula solo hasta que todo esté combinado. La masa será muy densa y cargada.
- Hornear: Vierte la masa en el molde preparado y alisa la superficie. Hornea en el horno precalentado durante aproximadamente 1 hora y 45 minutos a 2 horas. Para comprobar la cocción, inserta un palillo en el centro; debe salir limpio. Es un pastel que se hornea a baja temperatura por mucho tiempo para evitar que se seque o se dore demasiado por fuera.
- Enfriar y madurar: Una vez fuera del horno, deja enfriar el pastel completamente en el molde sobre una rejilla. Luego, desmóldalo y cepíllalo generosamente con un poco más de licor. Envuélvelo bien en papel film o aluminio y guárdalo en un lugar fresco. Para un sabor óptimo, déjalo reposar al menos unos días antes de cortarlo. Un fruit cake bien empapado puede durar varias semanas.
Este fruit cake casero, lleno de frutas y aromas, es más que un postre. Es un proyecto de amor navideño, una tradición comestible que vale la pena revivir y compartir en la mesa festiva.
