Cuando pensamos en vacaciones, mar, sol y arena son el común denominador de la mayoría de las personas, aunque no es el único escenario de ensueño. Existen lugares paradisíacos fuera del estereotipo de estar besados por el sol y uno de los mejores destinos para sentirte en el extremo del mundo es Alaska.
El estado más grande de Estados Unidos ha sido un lugar mítico que ha cautivado a muchos exploradores a lo largo de la historia, este promete una aventura invernal digna de ser escrita.
El primer paso: ¿cómo llegar a Alaska?
Debido a que es un estado muy remoto, llegar a él no es tarea fácil, sin embargo existen tres maneras de llegar dependiendo el tiempo que tengas disponible. La vía corta, en avión: en aproximadamente tres horas de vuelo desde Seattle, Estados Unidos, podrás disfrutar de los paisajes del norte; la vía intermedia, el ferry: disfrutando de increíbles paisajes marítimos, en aproximadamente 3 día llegarás a tu destino; y la vía larga, manejando: desde Columbia británica, está la carretera de 2400 kilómetros de longitud te lleva directamente al estado norteño.
¿Qué sitios no me puedo perder en mi viaje por Alaska?
Parque y Reserva Nacional Denali
Como si fuera sacado de una postal otoñal, el parque Denali ofrece spots para quienes amen convivir con la naturaleza y acampar. Y en caso de preferir conocer de su vegetación por medio de exposiciones, el parque también ofrece varios atractivos.
Parque Nacional de los Fiordos de Kenai
Este paraíso glacial te dará en primer plano a paisajes que te quitarán el aliento, increíble vida salvaje y la posibilidad de aventurarte con el mar. Este parque ofrece actividades aptas para todo tipo de gustos.
Parque Histórico Nacional Sitka
Hogar de vestigios de ocupación rusa en norteamerica y de un parque de conservación de Tótems que ha estado en exhibición por más de 100 años. Historia y naturaleza convergen en este gran espacio.
Cuevas de Hielo de Mendenhall
Activos de julio a septiembre, puedes adentrarte a un espacio surrealista en el cual el azul iluminará tu alrededor. Tus ojos podrán observar todas las etapas del ciclo del agua al mismo tiempo.
