Otra semana, otra jornada de Fórmula 1 a la vista. Esta semana volvemos a los horarios habituales, ya no tendremos que desvelarnos para ver las carreras; aterrizamos en Bahréin, el lugar donde se realizaron las pruebas pretemporada de 2025.
Ubicado en el Circuito Internacional de Bahréin, situado en Sakhir, este trazado fue diseñado por el alemán Hermann Tilke, hizo su debut en el calendario en 2004.
Bahréin se ha convertido en un clásico moderno, con largas rectas, fuertes zonas de frenado y una combinación de curvas lentas y medias. Una pista que es exigente con los neumáticos, pues tienden a degradarse muy rápido.
En Bahréin el efecto “suelo” es el protagonista, así que adelantar en la pista no es una tarea nada complicada, además, esperamos que nos den grandes encuentros este fin de semana.
Mientras esperamos la carrera, vamos a uno de los momentos que más terror nos ha dado en los últimos años, los terribles 28 segundos en el infierno que vivió el piloto Romain Grosjean.
Un año para recordar
Era el 29 de noviembre de 2020. El circuito de Sakhir, en Baréin, se llenaba con el ruido de los motores de la Fórmula 1 bajo el manto de la noche. Ese año es recordado por haber sido una temporada más corta de lo habitual, además de ser la en la que se registraron los monoplazas más rápidos de la historia.
Y, por supuesto, no podía faltar la primera victoria de Checo Pérez, quien logró el triunfo partiendo desde el fondo de la parrilla. Aunque si fue en este circuito, fue en un Gran Premio y trazado diferentes: Sakhir 2020.
Impacto en la primera vuelta
Tras larga la carrera, en la primera vuelta, mientras los coches se apretujaban unos contra otros en la recta tras la curva 3, el Haas de Grosjean rozó el AlphaTauri de Daniil Kvyat.
Un contacto mínimo, pero fue suficiente para que el monoplaza, a 221 km/h, diera un violento giro hacia la derecha y se estrellara contra las barreras de metal. El golpe fue tan brutal que el coche se partió en dos.
La parte trasera, donde se encontraba el depósito de combustible, estalló en llamas al romperse la “vejiga de seguridad” que se supone, debería contener la gasolina.
28 segundos en el infierno
En medio de las llamas, Grosjean quedó atrapado en la cabina, con temperaturas de 800 grados centígrados. “Vi el color naranja, pero no entendí al principio… luego supe que era fuego”.
Sus guantes se derretían, el calor abrasaba sus manos, y su pier izquierdo estaba atascado en los hierros retorcidos. El piloto cuenta que pensó en Niki Lauda y su accidente en 1976: “No puede terminar así”.
F1 driver Romain Grosjean was able to escape after being involved in a massive crash at the Bahrain Grand Prix that engulfed his car in flames.
(via @F1) pic.twitter.com/vAl0X4BqG1
— ESPN (@espn) November 29, 2020
Con una calma fuera de este mundo, nuestro piloto se desabrochó el cinturón de seis puntos, rompió el reposacabezas a golpes con el casco y, con un tirón desesperado, liberó su pie dejando la bota ahí.
El halo, esa estructura que tanto debate generó al momento de su implementación, le protegió la cabeza de las barreras. Sin él, “el cuello hubiera sido rebanado”, admitiría Lewis Hamilton después.
Fueron 28 segundos desde el impacto que incendió el auto hasta que emergió de las llamas, tambaleándose, con las manos quemadas y el traje humeando, pero al final, estaba con vida.
El hombre que renació en Bahréin
En el hospital, las heridas eran leves: quemaduras en manos y tobillos, y un esguince. Pero el trauma era más profundo. “Durante 2 minutos y 43 segundos, estuve muerto para mi familia”, confesó Grosjean después.
Aunque no ganó campeonatos, su historia quedó grabada en la F1: el hombre que venció al infierno. Hoy, compite en IndyCar, llevando consigo las cicatrices y una nueva filosofía: “Las prioridades cambian cuando miras a la muerte a los ojos”.