Enclavado entre la selva, el mar y la montaña, Rosewood Mandarina marca el inicio de una nueva era de lujo en México. Este santuario de diseño refinado, con 134 suites y villas privadas, ha sido concebido para quienes buscan mucho más que una escapada: una experiencia transformadora en armonía con la naturaleza y el alma del Pacífico mexicano.
Ubicado en un entorno megadiverso, donde se entrelazan tres ecosistemas únicos, este resort invita a reconectar con el entorno desde la cima de la montaña o desde una terraza frente al mar. Cada rincón está impregnado de cultura y autenticidad, con detalles artesanales creados en colaboración con comunidades huicholes y coras. Desde muebles hechos a medida hasta textiles y arte tradicional, el diseño no solo viste el espacio, lo narra.
Las suites, con piscina privada, terrazas amplias y vistas espectaculares, son refugios de serenidad y sofisticación. Pero son la Canalan Beachfront Villa y la Cora Four Bedroom Mountaintop Villa las que llevan el concepto de exclusividad a otro nivel, ofreciendo privacidad total, interiores de ensueño y escenarios naturales que cortan el aliento.
La propuesta culinaria de Rosewood Mandarina es un viaje sensorial por los sabores más profundos de México, España y Japón. Desde tortillas al comal en La Cocina, hasta cócteles artesanales bajo las estrellas en Barra Peñasco, pasando por el nuevo hotspot gastronómico del Pacífico: Toppu, cocina japonesa elevada con vistas infinitas al océano.
El bienestar se vive a través de experiencias holísticas en el Asaya Spa, donde rituales ancestrales huicholes como el Viaje Mara’akame transforman cuerpo, mente y espíritu. Para quienes viajan en familia, el Explorers Club reinventa el lujo familiar con actividades inspiradas en mitología indígena, sostenibilidad y conexión con la tierra.
Más allá del resort, las aventuras son tan ilimitadas como el paisaje: partidos de polo, golf de autor y cabalgatas que cruzan desde la montaña hasta la playa. Cada experiencia está diseñada para despertar un sentido profundo de pertenencia, descubrimiento y celebración.
Rosewood Mandarina no es solo un destino, es una nueva manera de entender el lujo: sensible, arraigado, inmersivo. Un lugar donde la sofisticación abraza lo ancestral y el viaje se convierte en un reencuentro con lo esencial.
