Dentro del vasto mundo de la coctelería, son pocas las creaciones que logran encapsular el espíritu de una era. El Appletini, o Apple Martini, es una de ellas. Más que una simple mezcla de vodka y licor de manzana, esta bebida de vibrante color esmeralda se transformó de una moda pasajera en un clásico moderno, manteniendo su lugar en las cartas de los bares más exclusivos del mundo.
Su origen, como el de muchos íconos, está rodeado de cierto misterio y disputa. Mientas algunos le atribuyen la creación al barman John Conti a inicios de los años 70, la versión más popular y aceptada señala a Larry Torres, un bartender de Los Ángeles, quien a medidos de los 90 lo ideó para una clienta que pidió un martini con sabor a manzana.
Aunque, fue su aparición en la serie de televisión “Sex and the City” la que lo catapultó al estrellato, convirtiéndolo en el símbolo de una generación urbana, sofisticada y audaz.
La evolución del sabor
El Appletini original era una bomba de dulzor. La receta clásica, que combinaba vodka con licor de manzana Schnapps, ha sido refinada con el tiempo. La coctelería contemporánea ha suavizado su perfil, buscando un equilibrio más elegante donde la acidez y la frescura complementen el carácter frutal.
Cómo preparar un Appletini perfecto (La receta Dapper)
Olvídate de los mixes artificiales. La clave está en la calidad de los ingredientes y la técnica.
Ingredientes:
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60 ml de Vodka (preferiblemente premium o con un toque cítrico)
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20 ml de Licor de Manzana (como Berentzen o un sour de manzana natural)
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15 ml de Licor de Hierbas (como Galliano o un toque de Chartreuse Verde para complejidad)
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10 ml de Jugo de Limón fresco
Preparación:
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En una coctelera llena de hielo, vierte todos los ingredientes.
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Agita enérgicamente durante 15 segundos hasta que esté bien enfriado.
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Cuela finamente en una copa de martini previamente enfriada.
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Decora con una fina rodaja de manzana verde o una cáscara de limón retorcida.
El toque Dapper
La elegancia está en los detalles. Sirve tu Appletini en una copa de martini con borde escarchado con azúcar verde. Este cóctel es el compañero perfecto para una velada de conversación animada, un aperitivo antes de la cena o para maridar con canapés salados como bruschetta de jamón serrano, que contrastan maravillosamente con su perfil dulce-ácido.
El Appletini demostró que llegó para quedarse, evolucionando de un capricho azucarado a un cóctel respetable y deliciosamente complejo.
