Los bonsáis, estos pequeños árboles en miniatura que capturan la esencia de los bosques en una pequeña maceta; tener un bonsái es un reto constante de dedicación debido a sus cuidados, más que árboles en miniatura, es una técnica de jardinería que tiene sus orígenes en la China antigua.
El término “bonsái” proviene del japonés, pero tiene sus orígenes del término chino “penzai”, que significa “árboles en maceta de partes bajas”. Los primeros bonsáis chinos en su mayoría eran cipreses y pinos, eran cultivados en macetas y junto a una técnica de alambrado se podaban para darles forma. Eran vistos como una representación simbólica de la naturaleza, teniendo usos en diferentes ceremonias religiosas.
Fue en el siglo VI que la técnica y arte bonsái llegaron a Japón por monjes budistas que regresaban de visitar China; la fascinación por estos árboles en miniatura los llevó a practicarlo ellos mismos y el resto es historia, refinaron las técnicas y desarrollaron otras.
Crear un árbol bonsái es todo un proceso en el cual vas a invertir tiempo y dedicación. Puedes comenzar por seleccionar tu árbol, procura que sea uno joven, así podrás darle forma con sus podados y alambrados. Es importante enfatizar en los cuidados que lleva el árbol para que mantenga una buena salud y por supuesto, se vea bien.
Necesitan regarse de manera regular, usualmente se riega cuando la capa superior del suelo está seca, hay que mantener el suelo húmedo, pero no al punto de ser excesivo.
Dónde se ubicará tu bonsái depende de dónde reciban la suficiente luz solar, pero de manera indirecta evitando la exposición directa al sol; contrario a creencias populares, no existen árboles bonsái para interiores, solo se han adaptado. Por lo que, si vas a colocarlos en un interior, procura que reciban luz y rota la maceta de vez en cuando para que crezca de manera uniforme.
Podar un bonsái es de las partes más importantes de este arte, pues aquí se le dará la forma que se desee y podarlo regularmente ayudará a que no pierda su forma. El periodo para podarlo dependerá de la especie de bonsái, aunque se recomienda hacerlo durante su periodo de crecimiento activo, como en primavera u otoño.
La poda en exceso puede debilitar al árbol, y también es recomendable que utilices herramientas desinfectadas para evitar enfermedades.
Hablando de darle forma al árbol, no sólo basta con una buena técnica de podado, también debe de haber un correcto alambrado. El alambrado del bonsái sirve para darle la forma deseada, eligiendo hacía qué dirección han de crecer los brazos del árbol.
Dependiendo del grosor de la planta será el calibre del alambre, sé paciente, va a tomar un tiempo mientras las ramas adquieren su nueva forma. El periodo ideal para realizar un alambrado depende de la especie y la torsión, una torsión grande debe realizarse en invierno, una época en la que el árbol se encuentra en reposo. Revisa las ramas de manera regular, puede que engrosen muy rápido y el alambre puede incrustarse en el árbol.
Recordemos que el arte del bonsái es milenario, por lo que se han desarrollado diferentes estilos a lo largo del tiempo, cada una con sus propias características y cuidados, desde el estilo formal e informal y el estilo cascada. De estos estilos se derivan otros, doble tronco, semicascada y muchos más.
Como ya has de imaginar, tener un árbol bonsái va más allá de solo comprar una “planta”, requiriendo cuidados y dedicación. Algunos disfrutan de cultivar un bonsái, no sólo es una forma de arte, es una forma de meditación y conexión con la naturaleza.