The Cheesecake Factory: donde comer es un placer

No existe un restaurante que demuestre mejor el espíritu estadounidense de “go big or go home” que el clásico The Cheesecake Factory, desde la porción de sus platillos hasta su menú compuesto de más de 250 ítems para elegir, su selección entera es la personificación de bastedad pero sin sacrificar su sabor.

No existe un restaurante que demuestre mejor el espíritu estadounidense de “go big or go home” que el clásico The Cheesecake Factory, desde la porción de sus platillos hasta su menú compuesto de más de 250 ítems para elegir, su selección entera es la personificación de bastedad.

 

En búsqueda de los mejores cheesecakes y un poco más, nos dimos cita en la inauguración de su sucursal en Querétaro, la sexta en su tipo en el país y la segunda más grande también, para poner a la prueba su afamado postre y spoiler alert: no decepcionó.

 

 

La noche empezó con un delicioso coctel a base de mezcal y jamaica el cual incitaba al apetito y daba paso a la primera ronda de aperitivos: Stuffed Mushrooms, champiñones rellenos de quesos fontina y parmesano, ajo y hierbas en una reducción cremosa de vino; Avocado Eggrolls, rollos crujientes rellenos de aguacate, jitomate deshidratado, cebolla morada y cilantro, acompañados con salsa de tamarindo y nuez de la india; Fried Macaroni and Cheese, bolas de macarrones y quesos, empanizada y crujiente, servidas sobre salsa marinara cremosa; y Hot Spinach and Cheese Dip, una mezcla cremosa de quesos derretidos, espinaca, corazones de alcachofa, con un toque de shallots y ajo, servido con totopos y pico de gallo. Sin lugar a dudas, las estrellas de esta ronda fueron los Avocado Eggrolls y el Fried Macaroni and Cheese.

 

 

Para acompañar a la ronda de platos fuertes pedimos un mojito de la casa. Probamos: Jamaican Black Pepper Chicken, pollo salteado con una dulce y picante salsa jamaicana de pimienta negra, servida con arroz, frijoles negros, bananas fritas y salsa de piña fresca; Cajun Jambalaya, combinación de camarones y pollo salteados con jitomate, cebollas y pimientos con una salsa cajún picante; Flatbread Bee Sting, una semi-pizza con salchicha italiana, pepperoni, tocino, chiles calabrian con mozzarella, parmesano y miel; y su Luau Salad, una ensalada diferente con pollo a la parrilla en capas con una mezcla de lechuga piña, pepina, pimientos, ejotes, zanahoria, cebolla y wontons crujientes con nuez de macadamia y ajonjolí, aderezada con vinagreta de la casa. Y por más que no sea fanática de las ensaladas, su Luau Salad se combirtió en el match perfecto de la comida.

 

 

Pero aquí la verdadera estrella del show fueron sus cheesecakes, y después de probar siete de sus sabores, podemos asegurar que el hype detrás de ellos, está completamente sustentado, en especial cuando tienen un sabor para todo tipo de paladar: si amas lo ácido en combinación con lo dulce, el Lemon Raspberry Cream Cheesecake es perfecto; si prefieres el sabor de la canela, su Cinnabon Cinnamon Swirl Cheesecake será la opción ideal, aunque no quiere decir que su clásico Fresh Strawberry Cheesecake no sea delicioso.

 

 

Sin lugar a duda es una parada obligatoria si te encuentras en Monterrey, Ciudad de México, Querétaro o Estado de México.

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